Una de las prendas textiles que aún se utiliza en el territorio mexiquense, como parte de las tradiciones y la herencia cultural, es el rebozo, hermoso lienzo que termina en bonitas puntas.
Tenancingo es la cuna de esta artesanía, aunque otros municipios de la entidad han destacado por su elaboración. La maestra Camelia Ramos Zamora de Malinalco, por ejemplo, desde joven se sintió atraída por los rebozos y le pidió a su padre le enseñara el oficio.
“Esta tradición la inician mis antepasados, desde mi abuelo, luego a mi papá y luego a mí, mis hijos son la quinta generación que está trabajando en el rebozo, junto con mi esposo hemos montado un taller en Malinalco y es como estamos trabajando los telares de cintura y el telar de pedal”.
Ha diseñado y creado accesorios de rebozo
La artesana textil ha superado los estigmas de género al heredar el trabajo y conocimientos que se consideraban propios de los hombres, desde hace varios años se ha dado a la tarea de rescatar las técnicas y aplicarlas con innovación en el diseño de nuevos accesorios hechos con rebozo, dando a cada pieza un sello propio.
“Me di a la tarea, no sólo de hacer productos tradicionales sino de innovar y que nos sintamos orgullosamente mexicanas y representadas, la idea es que las personas puedan traer en una bufanda, en una cartera, en una corbata el rebozo tradicional".
A la fecha el rebozo se usa de muchas maneras, tanto utilitaria como decorativa, y el trabajo de la maestra Camelia ha sido favorecido gracias a la calidad con que elabora sus lienzos y por su participación en pasarelas que le han dado la oportunidad de crecer y mostrar su trabajo.
¿Qué implica su trabajo?
El proceso de elaboración es largo ya que tiene que seguir varios pasos, entre los que destacan el urdido, pepenado, boleado, diseñado y teñido, con ayuda de herramientas de madera como los telares que se utilizan.
Para la elaboración de las prendas la artesana hace desde la materia prima que es algodón cien por ciento; cuenta los hilos en el urdidor, 4 mil 800 para un rebozo. Después los almidona, hace el diseño y lo plasma en el lienzo a través de la técnica de ikat.
“Se hace con amarres que ayudan a que el dibujo quede bien hecho cuando nosotros tiñamos de forma natural, en el taller utilizamos la grana cochinilla, la cáscara de nuez, la flor de cempasúchil, muchas cosas que la naturaleza nos brinda, después montamos la tela a los telares y empezamos a tejer hasta crear el lienzo".
Finalmente, realiza el rapacejo, que consiste en anudar las puntas con diferentes dibujos y que también utiliza aplicaciones para seguir innovando.