Desde octubre pasado, Árbol de huesos se encuentra en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, pero ya transcurrieron 15 años desde la promesa de Alberto Blanco de escribir un libro que funcionara como “el gran ensayo” sobre el trabajo de Sandra Pani. La promesa está cumplida, con un volumen publicado por Turner en el cual se comete una de las posibilidades que ofrece cualquier publicación: viajar.
“La temporalidad de las exposiciones es relativa, si bien yo creo tener un problema: mi obra no es fácil de fotografiar; en el libro creo que hay muchas sutilezas que se pierden, que no se aprecian, a pesar de estuvo muy cuidado, las fotos y el papel son maravillosos: no hay como verlo en vivo. Siento que hay obras que ganan con la foto y otras que pierden. La mía es de las que pierden, pero es un honor estar publicada en Turner”, cuenta la artista en entrevista con M2.
El libro, solo titulado Sandra Pani, se convierte en una obra que permite una compañía permanente de los espectadores de cualquier parte del mundo, a lo que habría que sumar el texto de Alberto Blanco, “no solo es de una enorme calidad literaria, sino además es un texto muy profundo, muy sentido, denso… muy intenso. No es fácil leer el texto de un jalón, tienes que sentarte leerlo poco a poco, y esa oportunidad te la da el libro”.
“A pesar de hablar de mi trabajo, lo he releído muchas veces y hace referencias, me pone en contacto con otros autores, con lo que se vuelve muy interesante regresar y ver a algunos con los que he hablado, pero otros no los tenía considerados y él habla de que hay similitudes entre su trabajo y el mío”.
Sandra Pani está convencida de que quienes estén interesados en profundizar del porqué de sus imágenes, necesitan acercarse al libro, que también cuenta con un texto del inglés James Attlee, porque “la muestra solo la podrá ver la gente que viva en Ciudad de México y esté aquí durante los meses que dura la exposición, pero luego desaparece. El libro es ese registro que se queda, que la gente puede quedarse para siempre.
“A veces sentía que estaba haciendo una obra bastante alejada de lo que se ve allá afuera: apuesto por una mirada muy profunda, muy personal, que tiene que ver con mi corporalidad. Todo ello es bastante inconsciente, aunque al final me doy cuenta de una cosa: mi obra soy yo”, explica la creadora, cuya obra forma parte de la Colección MILENIO Arte.
Sandra Pani es un análisis único y exhaustivo de la obra y trayectoria de la artista visual, tanto su desempeño en México como en otros países. La propia Pani sostiene una sustanciosa conversación con James Attlee, editor de libros de arte reconocido internacionalmente.