Acercar el arte a personas con alguna debilidad visual es una tarea emprendida por diversas instituciones culturales, la cual buscan sea una posibilidad permanente en su agenda de servicios.
Con la creación de seis placas de relieve para apreciar de manera táctil cuadros de José Clemente Orozco, o bien trasladar obras literarias al sistema Braille, se abren posibilidades para el disfrute artístico de sectores sociales que han sido olvidados en los programas culturales.
El Centro de las Artes inició en mayo esta iniciativa con la exposición Orozco y los Teules, 1947, siendo la primera en su tipo en la ciudad y que espera replicar en próximas exhibiciones.
Mientras que la Capilla Alfonsina de la UANL se ha dado a la tarea de trasladar obras de Octavio Paz, Alfonso Reyes y José Emilio Pacheco a la escritura táctil, mientras que la Biblioteca Central cuenta con 20 años de fomento a la lectura en personas con algún grado de ceguera.
“A las personas con alguna debilidad visual a veces no se les toma en cuenta cuando hablamos de proyectos culturales, vaya ni siquiera en la ciudad, pues no está adecuada lo suficiente para ellos”, refiere Carlos García, coordinador de Servicios Educativos del Centro de las Artes.
Derecho al arte para todos
En el rubro de la literatura, el acceder a textos escritos en sistema Braille puede ser una tarea compleja. Para darnos una idea de su complejidad, un libro promedio impreso a tinta requiere de tres a cuatro veces su volumen cuando se traslada a este sistema.
Mientras que la enseñanza del Braille a personas que por alguna situación han perdido la vista requiere de gran esfuerzo, menciona Javier Rodríguez Martínez, encargado Sala Tiflotécnica Capilla Alfonsina y quien tiene un cierto grado de debilidad visual.
“Cuando enseñamos a alguien a escribir es sistema Braille es una tarea muy tensa, si acaso deben ser dos horas al día. Ya después viene la tarea de la lectura, que es otro tema”, comenta.
Acercar los lenguajes plásticos a quienes padecen ceguera es una tarea distinta. En la escultura ciertos artistas permiten que este sector de la sociedad explore las piezas a través del tacto, una tarea que ha impulsado el escultor Jorge Elizondo en la ciudad.
Sin embargo, con la pintura no siempre es tan fácil que se dé esta posibilidad.
“Cuando me toca invitar a grupos con alguna discapacidad nos encontramos que para ellos es muy complicado salir a la calle porque los medios de transporte, las calles y banquetas no están adecuados. Además no existen muchas posibilidades dentro del arte”, agrega Carlos García.
Otras iniciativas
Instituciones culturales como el Museo de Arte Contemporáneo (Marco), el Museo del Palacio y actualmente el Planetario Alfa han promovido actividades para el acceso al arte a personas con debilidad visual.
Los recorridos por el Patio Escultórico, o bien gracias a exposiciones de Elizondo, se realizan de manera frecuente por Marco.
Mientras que el Museo del Palacio emprendió la “gabinete tiflotécnico” en 2011, donde las personas podrían tocar algunas 20 piezas con las cuales se recorrería la historia del estado.
Actualmente, la asociación Diálogos en la Oscuridad montó una exposición interactiva en el Planetario Alfa, la cual permite recrear actividades cotidianas en completa oscuridad. Esta muestra estará disponible hasta agosto.