Desde hace algunos años me he dedicado a indagar a fondo las razones que provocan la lentitud del desarrollo inmobiliario en zonas históricas en Ciudad de México. Éste ha implicado predios e inmuebles abandonados o invadidos en casi cada manzana del Centro Histórico y sus inmediaciones. Puedo decir que la principal razón de dicho estancamiento en la evolución de colonias como Guerrero, Tacubaya, Santa María la Ribera, Atlampa y otras, es el régimen de tenencia de la tierra.
Es muy frecuente encontrar situaciones de indeterminación cuando se investiga la propiedad de algún inmueble en especial, y casi siempre coincide con su antigüedad y valor histórico. Muchos edificios que figuran en los catálogos del patrimonio arquitectónico de los institutos nacionales de Antropología e Historia y de Bellas Artes se encuentran intestados, sus propietarios originales han fallecido y no se ha llevado a cabo el acto notarial de sucesión testamentaria, por lo que sus poseedores muy frecuentemente no son sus dueños legítimos ni legales, quienes a veces han obtenido una prescripción positiva a su favor, lo cual los reconoce como propietarios, pero en la mayoría de los casos no existe ningún documento legal que los acredite como dueños del inmueble.
Es evidente que una persona que ocupa un inmueble sin escrituras a su favor, tampoco puede venderlo ni alquilarlo ni mucho menos aportarlo a ningún tipo de asociación ni fideicomiso que esté en posibilidades de desarrollarlo. Conozco casos en los cuales las personas que habitan una casa son los nietos de su propietario original, pero su abuelo ha fallecido y también su padre, por lo cual, para poder adjudicarse la casa y contar con escrituras a su nombre, tendrían que abrir dos sucesiones, la del abuelo y la del padre, lo cual implicaría localizar y reunir a toda su parentela de tres generaciones.
Gran cantidad de casas presentan aspectos muy lamentables: sus ventanas han sido cubiertas con ladrillos para evitar invasiones, en las azoteas crecen plantas que casi se han convertido en árboles y su deterioro es tal que en cualquier momento podrían venirse abajo.
Sería muy importante que las autoridades comenzaran a involucrarse de algún modo en dicho fenómeno para intentar corregirlo, ya que, además de frenar el desarrollo de la ciudad, los inmuebles abandonados constituyen un peligro para sus habitantes y vecinos, e incluso para quienes transitan por la vía pública, a quienes les puede caer encima un fragmento de las fachadas en mal estado. La tenencia de los terrenos urbanos es un tema de propiedad privada que también incumbe al interés público.
Propiedad urbana
LA CRÍTICA/ESPACIOS
Es muy frecuente encontrar situaciones de indeterminación cuando se investiga la propiedad de algún inmueble en especial, y casi siempre coincide con su antigüedad y valor histórico.
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