Fernando Botero nació el 19 de abril de 1932 en Medellín, Colombia, creció en una familia conformada por su madre Flora Angulo y su papá David Botero, también tenía dos hermanos: Juan David y Rodrigo.
A temprana edad se adentró en el mundo de la tauromaquia a petición de un familiar, específicamente su tío; sin embargo, la vocación que le esperaba era algo totalmente diferente. Fue un percance con los toros lo que le hizo abandonar dicha práctica.
Fernando Botero pagaba sus estudios con ilustraciones que hacía para un periódico, era alumno en el Colegio Bolivariano, aunque terminaron por expulsarlo de dicha institución tras escribir un opinión de Picasso.
Y es que la obra de dicho pintor era considerada como obscena, así que terminó su preparación en el Liceo de la Universidad de Antioquia. La primera exposición del artista fue en el año de 1948, es decir, antes de graduarse en 1950.
El colombiano participó en Bogotá con una pintura al óleo llamada 'Frente al mar' y quedó en segundo lugar en el IX salón nacional de artistas, con el premio se trasladó a Europa para seguir preparándose y mejorar sus obras.
El primer país que visitó fue España, donde se asentó en Madrid, pero antes pasó por Barcelona; estuvo inscrito en la Real Academia de Arte de San Fernando. Más tarde llegó a París, en donde conoció a Ricardo Iragarri, cineasta.
Dicho hombre sería su compañero de piso, pues se mudaron a Florencia, Italia, y allá Botero se 'empapó' de toda la corriente renacentista, pero a su regreso en su natal país todo lo aprendido no fue bien recibido, ya que la época vivía un choque cultural.
En 1956 decidió casarse con Gloria Zea y viajar a México, donde nuevamente recibió influencias frescas con Alejandro Obregón y Rufino Tamayo, lo cual hizo que dejara a un lado su fascinación por el muralismo mexicano pues dichos artistas le animaron a probar nuevos horizontes.
Con esto logró exponer en Nueva York, donde la fama comenzó a llegar y al volver a Colombia consiguió una vacante como maestro de arte en la Universidad Nacional para después ganar su primer premio en el XI Salón de Artistas con 'La Camara degli sposi'.
El 'Boterismo'
La particular obra del famoso se popularizó a nivel mundial, ya que incluso el estilo fue denominado con el nombre del propio artista pues englobaba la irreverencia en su identidad iconográfica. Para el colombiano no había distinción de edades, él incluía en sus obras niños y adultos.
La característica impregnada que siempre permite reconocer las piezas del maestro Botero es el exagerado uso de volúmenes, mismo que acompaña de figuras exuberantes que dan una reinterpretación de la concepción corporal.
El estilo figurativo es el punto de partida para las creaciones que desarrollaba y avivaba con temas como amor, naturaleza, muerte, sexo, política o hasta mitología. Los materiales que solía utilizar eran
óleo, pastel, acuarela, carboncillo, lápiz, bistre y sanguina; para la escultura era bronce y en mármol de Carrara.
A Botero se le consideró como el artista latinoamericano más cotizado en el mundo, pues tuvo una época donde las piezas que creaba tenían una alta demanda y actualmente siguen siendo de las más solicitadas.
KVS