¿Quién era Paul Leduc, el cineasta incansable?

Conoce más de la vida del director nacido en la Ciudad de México que se consagró con películas como 'Frida, naturaleza viva' y 'Reed, México insurgente'.

Paul Leduc. (Cuartoscuro)
Ciudad de México /

Aunque Paul Leduc Rosenzweig, cineasta mexicano responsable de producciones com Reed, México insurgente (1973), Frida, naturaleza viva (1984) y ¿Cómo ves? (1986), dejó el plano físico este miércoles a los 78 años de edad, su trabajo tras la cámara permanecerá por siempre

Prueba de este legado es que directores como Everardo González (La libertad del diablo, Los ladrones viejos), Julián Hernández (El cielo dividido, Rencor tatuado), Axel Muñoz (Noches de Julio) y Kyzza Terrazas (Somos lengua, Bayoneta), se pronunciaron ante el deceso del nacido el 11 de marzo de 1942, a quien reconocieron como un maestro e  influencia cinematográfica.

"Mucha tristeza , murió mi maestro, mi mentor y mi amigo. Me cuesta trabajo creerlo. Descansa en paz querido Paul Leduc", compartió Everardo en su cuenta de Twitter.

Paul Leduc, un cineasta incansable

Paul se inició en el panorama cultural gracias a Seki Sano, el llamado padre del teatro de México. Esto debido a que, mientras el joven Leduc estudiaba arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tomó un curso con el actor y dramaturgo japonés.

Tras este primer paso artístico, el nacido en la Ciudad de México ganó una beca para estudiar cine en el Institute d’Hautes Etudes Cinématographiques, en París. A su regreso al país, decidió continuar con lo aprendido en Francia y fundó Cine 70, un proyecto donde produjo cortometrajes, entre otras actividades relacionadas con la industria audiovisual.

Entonces, a principios de los años 70, dirigió su primer largometraje de ficción que le dio gran reconocimiento: Reed, México insurgente (1973), basado en un libro del periodista norteamericano John Reed. Destaca que en esta producción Leduc se valió del ingenio de Emilio Carballido para co-escribir el guión.

Luego de este filme, Paul se embarcó en otros trabajos, principalmente documentales (Bach y sus intérpretes, 1975; Monjas coronadas, 1978), hasta que en 1983 presentó una obra que lo consagró: Frida, naturaleza viva, cinta biográfica de Frida Kahlo con Ofelia Medina en el rol protagonista. 

Su trabajo sobre la pintora le valió reconocimientos en festivales de cine de Cuba, Colombia, Turquía y, por supuesto, México. Pero Leduc no se 'durmió en sus laureles', pues siguió trabajando, al grado que 3 años después, en 1986, lanzó otra obra referente de su filmografía: ¿Cómo ves?, un retrato del México marginal donde participaron los actores Roberto Sosa y Blanca Guerra.

Discurso de Paul Leduc por su Ariel de Oro

Uno de los momentos más recordados de Paul Leduc, fuera de su trabajo en los sets, fue el discurso que dio al ser merecedor de un Ariel de Oro en 2016.

"Hoy, cuando se está construyendo la Secretaría de Cultura, de la que depende el cine, convendría que fuera para todos claro cuál es el proyecto de cinematografía que se pretende impulsar. Hoy me parece que la Academia debería participar en esa discusión. El año pasado, se nos dice, se filmaron en México 145 películas; un puñado de ellas están recibiendo en esta ceremonia un puñado de premios. Ojalá estos premios contribuyan a hacerlas visibles, porque la mayoría, según cifras oficiales, podrían permanecer prácticamente invisibles aunque se estrenen, si lo logran", señaló.
"Algunos datos: se declara que el año pasado fue superado el récord de películas producidas desde la Época de Oro del cine nacional, pero se omiten dos datos. Primero, aquel cine se veía, el actual no. Segundo, de lo producido el año pasado, se apoyaron 78 cortometrajes, 21 documentales, los largometrajes de ficción fueron 46, no comparables con los 80 producidos en 1945. Qué bien que se apoyen cortos y documentales. Esto no pasaba hace 70 años. Pero de los 30 realizados en 2014, sólo cuatro se vieron en pantalla grande", agregó.

Paul concluyó su participación señalando que el cine mexicano, "aunque pasa por uno de sus mejores y más diversos momentos creativos, paradójicamente parece guiarse, en demasiados casos, por aquella frase célebre inscrita en letras de oro en esas mismas cámaras legislativas y dicha por uno de nuestros más respetados políticos. Aquella que dice: “Pos entonces va pa’ tras, apá, esa chingadera no pasa. Cine mexicano va pa’tras, no pasa. Ni te preocupes apá”.

Puedes leer el discurso completo aquí.


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