A los 22 años, Rafael Catana tomó la guitarra y desde entonces no la ha dejado. Cuatro décadas y varias reencarnaciones después, el músico sigue tan campante. Quien en otros tiempos fuera pieza emblemática del movimiento Rupestre, se niega a enarbolar la bandera de la nostalgia y lucha por mantenerse vigente, prueba de ello es Terregal, su disco más reciente.
¿Qué hace para actualizarse?
Es normal envejecer y adquirir ciertas mañas, pero soy muy crítico conmigo mismo. Si no te renuevas es mejor retirarse. La curiosidad musical me ha llevado a encontrar discos que en mis tiempos eran inconseguibles y a descubrir gente joven súper talentosa. Si un artista como tu servibar, no abreva de lo nuevo… pues hay muchas casas de retiro.
Cada uno de los músicos del movimiento rupestre tomó caminos muy distintos. ¿Cuán pesada es la etiqueta?
Yo lo mantuve vivo durante muchos años, pero de pronto me convertí en una especie de nana. No podemos vivir del pasado. El movimiento rupestre es mi pasado negro y parte de mi presente, porque fue importante. Pero hay otras cosas. Rockdrigo es fundamental y ojalá se reedite toda su obra, pero ya murió. Ya basta del culto a la muerte. Hay cosas nuevas.
Se llegó a decir que el movimiento rupestre se acabó con la muerte de Rockdrigo…
Eso lo decía Roberto Ponce. En los años 90 se hacían homenajes como ejercicio de memoria, no de nostalgia. Ahora las nuevas generaciones lo hacen también, pero además tenemos a Guadalupe Trigo, ya fallecido, y al Pájaro Alberto, aún vivo. Todos moriremos y en dado caso hay que ver el pasado desde la memoria, no con la nostalgia. León Chávez Texeiro es un artista importantísimo, no es nuestro Leonard Cohen, es él mismo y toca ante 80 personas.
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¿Está curado de ideologías?
No, para nada. El compromiso sigue, pero hay que buscar nuevas cosas porque los tiempos han cambiado. Ahora somos más anónimos, por eso no hay que salir sin credencial del IFE.
¿A usted le hizo justicia la revolución?
No, ni me interesa. Yo me divierto. La revolución no tiene memoria, está podrida de poder. La democracia y el cambio son importantes, y el compromiso va en ese sentido. Ya no tiene sentido la violencia. Hacer bien lo que uno hace aporta más.
¿Le hubiera gustado tener más reconocimiento?
Me río de mi mismo, tengo buen humor; por eso no me he muerto de cáncer. He visto que muchos artistas a los que no toca la fama se deprimen y azotan. Cuando el ego es más grande que el talento, te jode. Yo no soy famoso ni en mi cuadra.
¿Se siente contracultural?
Prefiero decir subterráneo, la contracultura es demasiado ego; eso lo decide la gente.
¿Cuántos instrumentos toca?
Guitarra, ukelele y piano.
¿De quién tiene todos los discos?
De Bob Dylan, Joan Manuel Serrat, Luis Llach, Bruce Springsteen, Los Rolling Stones y Mike Laure.
Mickey Laure tenía algo de rockero…
Nuestra música popular tiene más relación con Mike Laure y con Rigo Tovar. Nunca lo vi en vivo, pero me cuenta un tío que era como ir a una tocada de rock porque interpretaba las cumbias con Fender Stratocaster, y sucedía lo mismo con Rigo. Por eso es lógico que en México pegue más lo tropical.
RECUADRO:
Nació en Veracruz en 1955. Músico y poeta vinculado a los movimientos Infrarrealista y Rupestre. Entre sus discos destacan: Un gato de corazón púrpura, Polvo de ángel, El nagual, La rabia de los locos y Caballo. Es también autor del libro de poesía, Los pájaros de la cervecería.