Es inevitable, se resiente la ausencia de Raúl Padilla (1954-2023), fundador de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). El poder de su voz, declaraciones de doble filo y presencia en cada evento de la feria se extraña.
Marisol Schulz, directora de la FIL, habló con MILENIO de los retos de seguir sin “el licenciado”, como algunas personas le decían de cariño.
“Siempre que nos preguntan sobre la muerte de Raúl Padilla decimos que no nos vamos a reponer nunca. Es un tema emocional, psicológico, nunca pensamos... yo nunca pensé en la vida estar aquí, sin Raúl junto, y no va a tener salida eso”, dijo Schulz.
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Aunque su muerte es un golpe fuerte para todos los que hacen la feria, la directora comentó: “Cuando queremos hablar del legado de Raúl, tenemos que reconocer que supo hacer las cosas tan bien que dejó muy bien armado un equipo, que dejó toda una Universidad de Guadalajara (en cierto sentido y en un plan completamente solidario) al servicio de la FIL y durante nueve días tenemos el apoyo de toda una comunidad, de gente de todos los niveles de la Universidad de Guadalajara; entonces, no nos vamos a reponer de la pérdida de Raúl nunca, es un tema que nos duele, que nos seguirá doliendo y que en esta feria en particular nos duele todavía más”.
Para ella, en esta edición de la feria “es justamente el momento en que notamos la ausencia, pero ese dolor nos tiene que llevar a recapacitar en cuál fue su trabajo y lo que nos legó y cómo tenemos que cuidar ese legado. Es decir, el hecho de que justamente estemos aquí, es porque tenemos que sacar fuerzas como equipo y demostrar lo que somos, justamente en homenaje, en honor a Raúl Padilla”
La directora dijo que Padilla López dejó blindada la feria en términos organizacionales, con un comité organizador que “yo dirijo, pero que es un equipo amplio de personas. Raúl siempre se reía mucho y decía: ‘son muchas mujeres y uno que otro hombre’; no es cierto, también hay varios hombres, pero somos mayoría femenina, le respondía. Él sabía y conocía los detalles, los entresijos de nuestro comité organizador, sabían quién era quién, sabía nuestras capacidades y la capacidad de la Universidad de Guadalajara y cómo nos iba a apoyar. Sí dejó blindada la feria, definitivamente”.
Los desafíos económicos
Sobre la autosuficiencia económica, lo que les permite realizar el evento sin apoyos del gobierno federal y del estado, opinó:
“Lo dijo el rector y lo repito, en 2019 tuvimos un superávit de 12 millones de pesos que luego se invierten en temas culturales. No somos un negocio, ni mucho menos, esto nos permite seguir trabajando. No sabíamos que venía la pandemia y fue un año complicado pero ese dinero nos ayudó a seguir funcionando”.
“La feria no ha dependido de subsidios pero claro que ayudan muchísimo, por ejemplo, programas como el literario podrían aumentar, es decir, podría apostar por traer a gente de otros países si tenemos más dinero, pero el no tenerlo tampoco significa sacrificar el programa de la feria”.
Este año, la FIL cuenta con un presupuesto de 102 millones de pesos, dos millones más que el año pasado: “102 millones de pesos es lo que gastaremos y lo que recuperaremos, con lo cual, esperamos llegar a un punto de equilibrio”.
—¿Alguna vez Padilla le dijo algo sobre el día en que no estuviera en la FIL?
—No, jamás. Lo único que me dijo en una ocasión fue: “Marisol, nada más te recuerdo una cosa; yo no inicio ningún proyecto que no sea exitoso”, fue la única instrucción que él me dio.
Sin Raúl Padilla López, pero con el apoyo de la Universidad de Guadalajara, la industria editorial y un equipo que hace posible que continúe, la FIL Guadalajara recordará a su fundador en esta edición. Seguramente su nombre se pronunciará cientos de veces en los eventos y estará, tal vez, más presente que nunca en esta fiesta de la literatura que él creó y que protegió hasta la muerte.
PCL