El Guggenheim de la jungla es como se le conoce de manera no oficial al SFER IK Museion, ubicado en zona maya, en las afueras de Tulum. La pandemia, al igual que a otros recintos y actividades, lo obligó a suspender sus labores, pero este 18 de marzo el espacio artístico abrió nuevamente con una instalación in situ del escultor botánico japonés Azuma Makoto.
Marcello Dantas, su director, detalla en entrevista con MILENIO que este museo está lejos de las cajas blancas, higiénicas, neutras y sin ninguna expresión a lo que se está acostumbrado, además de que SFER IK “traerá a artistas relevantes, producidos en un contexto donde los animales y las plantas están dentro, donde ni el techo ni el piso ni las paredes te dan una previsibilidad; la propuesta es crear otras formas de arte, otras posibilidades”.
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Parte de la aventura inicia en un túnel de fibras vegetales que, a través de una rampa, anuncia la delirante imaginación del arquitecto y fundador, el argentino Eduardo Neira Sterkel, mejor conocido como Roth. La idea de esta construcción es que los creadores realicen sus obras para el lugar, donde la naturaleza sea parte central de las piezas expuestas.
“Tenemos como misión que nunca vamos a traer obras de arte para poner ahí, vamos a crear obras para poner ahí, con los artistas, porque la idea es tener el menor impacto carbónico posible, entonces no pondremos obras en navíos, no vamos a producir cosas que tengan gran impacto carbónico en otros sitios: vamos a intentar tener todo ahí, pensado para el lugar. Es un sitio para crear obras inéditas, que se hacen para el contexto del lugar”, señala Dantas, director y creador de museos e instituciones culturales en América del Sur, y curador de exposiciones de artistas como Ai Weiwei.
Arte y naturaleza
La próxima pieza expuesta en SFER IK es de Azuma Makoto. El artista japonés que ha enviado un bonsái al espacio, llevado su obra al océano, a los polos, los desiertos, ha hecho colaboraciones con pueblos de distintas partes del mundo, es considerado un genio del arte botánico.
Azuma Makoto explica también en entrevista que su pieza The Mexx “es como un médium que crea diálogos entre la humanidad y la naturaleza. Cada parte está hecha de materiales naturales, sentimos el poder de la naturaleza con nuestros sentidos y entendemos que los humanos somos uno con el medio ambiente. Por sus materiales naturales, cambiará su forma y expresión a medida que las plantas y flores crezcan”.
Para el artista “la relación entre plantas y humanidad continúa desde tiempos ancestrales; con frecuencia leo libros y registros escritos por nuestros ancestros para saber cómo era la relación entonces. Cuando creo algo, lo más importante es siempre pensar sobre la relación entre un ser humano y las flores o plantas. Las flores son ya una existencia de belleza cuando están en la naturaleza; si la gente agrega algo en ellas, siempre tengo en mente que mi trabajo no tiene que ser una imitación”.
Botanical Sculpture es como también se le conoce a su trabajo, en el que la felicidad y los momentos alegres son de gran importancia, sobre todo en los últimos años, cuando existieron circunstancias desafiantes. Para el creador japonés el poder de la naturaleza y el arte fueron de gran ayuda para la humanidad.
“Esta vez crearé una escultura botánica de gran tamaño, enfocada en el diálogo entre la naturaleza y el humano, que es similar al concepto de este increíble museo. Las personas podrán disfrutar del proceso de crecimiento de las plantas y flores, y habrá muchos descubrimientos cada vez que la visiten”, agrega Makoto.
Y es que Marcello Dantas y Azuma Makoto coinciden que el hombre es parte de la naturaleza, es la misma familia y habría que considerar que hasta nos curamos a través de ella, por lo que deberíamos pensar que no somos más importantes. En cuanto al museo, Dantas detalla que habrá dos tipos de exposiciones: monográficas y temáticas.
Arte botánico. Tecnología no sustituye lo real
En un mundo donde todo se vuelve más virtual y el auge de las experiencias inmersivas son cada vez más solicitadas en museos o actos culturales, para Marcello Dantas “no hay cosa más inmersiva que, por ejemplo, un cenote. Lo que la gente está creando a través de la tecnología es lo que la naturaleza ofrece y las personas no van a buscarlo. No hay nada más inmersivo que caminar en la naturaleza; no hay producción 3D que produzca el mismo efecto, la tecnología simula esto y no tengo nada contra este tipo de experiencias, me encantan, incluso las digitales, y eso es porque somos máquinas muy sensoriales. Tal vez sea posible no simular tanto, podemos vivir, podemos intentar realizar experiencias y eso puede ser encantador”.