Por una carretera con piedras, polvo y enmarcada con magueyes y campos silvestres, el carruaje de Maximiliano de Habsburgo, emperador de México entre 1864 y 1867, realizó una visita a territorio hidalguense.
De acuerdo a la historiadora Lorenia Lira, el 24 de agosto de 1865 a las 19:00 horas salió de San Lázaro, donde actualmente se ubica la sede del Congreso en la Ciudad de México, y embarcó por el lago que en ese tiempo aún existía, hacia Texcoco, a donde llegaron a las 7:00 de la mañana del 25 de agosto.
Después de su visita a la Hacienda de Chapingo, tomaron camino hacia San Juan Teotihuacán, donde el emperador descubrió la grandeza de la Pirámide del Sol, así como la belleza de la construcción prehispánica dedicada a la luna y, junto a su comitiva, siguió su recorrido hacia Otumba.
Al día siguiente, tomaron camino hacia Zempoala, donde se encontró con el bello paisaje entre montañas, planicies semiáridas y magueyes que lo acompañaron hasta Pachuca, allí lo recibió personal del Ayuntamiento, así como por el director de la Compañía Inglesa Minera.
Dos días después, el 26 de agosto, visitó Real del Monte, así como la Hacienda de Regla, y se dio tiempo para visitar las principales minas de Pachuca y Mineral del Monte, que ya gozaban de una buena época de explotación minera, siendo que 20 años atrás, luego de inversiones por más de 25 millones (un 25 por ciento mayores de los ingresos de la hacienda virreinal en la mejor época de finales del dominio español, de acuerdo con la información de ‘Caminos y Transportes mexicanos al comenzar el siglo XIX”, de Bancomext), todavía no se lograba la recuperación.
Realeza inglesa
Otra visita importante a Real del Monte fue la de la realeza inglesa, con la llegada del Príncipe Carlos de Gales en 2014, quien estuvo acompañado de su esposa Camila, duquesa de Cornwall, quienes visitaron el Panteón Inglés y también hicieron un recorrido en el centro histórico del Pueblo Mágico, donde fueron recibidos por el exgobernador del estado, Francisco Olvera Ruiz y su esposa, María Guadalupe Romero Delgado, así como el entonces canciller José Antonio Meade.
El monarca hizo entrega simbólica de una cancha de fútbol donada por la Fundación Amistad Británico-Mexicana, que ha apoyado al plantel por 15 años.