El Seminario de Cultura Mexicana (SCM) desarrolla alrededor de 200 actividades al año, en especial en las 57 corresponsalías en diferentes estados y su objetivo es divulgar el conocimiento en diferentes áreas, lo mismo desde el lado del arte y la cultura, que de la ciencia.
“No puedo entender que sea por alguna otra razón si no por errores administrativos, pero la propuesta inicial es de 60 por ciento. Nosotros podríamos hacer un recorte de 20 por ciento, haciendo una racionalización del gasto, pero no más”, explica el arquitecto Felipe Leal, quien desde hace un mes asumió la presidencia del seminario.
Aun cuando asegura que se ha dado una buena recepción por parte de funcionarios de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para sensibilizarlos y decirles cuál es la importancia del seminario, “en qué nos diferenciamos con otros organismos culturales”, al mismo tiempo han dejado en claro que el recorte no puede ser de esa magnitud.
“Estaríamos dispuestos a racionalizar algunos gastos, optimizar algunas funciones o métodos, pero no podría ser de ese nivel, porque prácticamente sería una estocada, un golpe muy fuerte”, argumentó Leal.
En los últimos cinco años, el SCM venía con una tendencia ascendente en su programa de actividades, incluso dentro de sus instalaciones en Polanco, pero ante la amenaza del recorte presupuestal y de tal magnitud, “ese caldo de cultivo que se venía dando no estaría en las mismas condiciones. Hay cierto desánimo, preocupación y eso lo tenemos que solventar”, enfatiza Felipe Leal.
SE HACE MUCHO CON POCO
El Seminario de Cultura Mexicana surgió en 1942, como parte de un proyecto de José Vasconcelos para dar a conocer a la cultura y la educación en los estados del país, a través de misiones culturales: artistas, humanistas o científicos que fueran a los lugares más recónditos, donde la oferta educativa y cultural no era tan amplia, para que difundieran y dieran a conocer la cultura de México en sus diferentes aspectos.
“Las corresponsalías son honoríficas, para ellos es un orgullo pertenecer al seminario, es un reconocimiento a su labor educativa o cultural, un estímulo para la creación artística y para la educación”, explica el arquitecto Felipe Leal, quien recuerda que la base operativa con la que trabajan es para solventar los gastos de administración y los traslados de quienes son miembros titulares para ir a los lugares a hacer estas gestiones: “se hace mucho con muy poco, pero se va a poder muy poco con muy poco”.
En el 2018, trabajó con un presupuesto cercano a los 28 millones de pesos, lo que apenas resulta suficiente para las exposiciones, las publicaciones y las cerca de 200 misiones que realizan sus miembros cada año.
Y ADEMÁS
EN PUERTA, NUEVA COLECCIÓN EDITORIAL
Dentro del Seminario está a punto de lanzarse una colección editorial que busca divulgar los campos en los que trabajan algunos de los miembros, en 50 páginas: Eduardo Matos Moctezuma, por ejemplo, se encarga de arqueología, mientras Sergio Vela lo hace con la ópera, Sergio García Ramírez con el derecho o Jacqueline Peschard con asuntos de transparencia.