No terminaba de saludar o de despedirse, según fuera el caso, pero Mario Vargas Llosa se dio tiempo para responder a tres preguntas de reporteros que se acercaron: ¿en el tiempo de las redes sociales, la novela tiene futuro?
“No leo redes sociales. Leo libros, las redes sociales no me interesan, son una especie de subliteratura, no tiene mayor interés para mí”.
Al reflexionar sobre el tema guía de la tercera Bienal que lleva su nombre, Literaturas y fronteras, y que desde anoche se realiza en el Conjunto Santander de Artes Escénicas del Centro Cultural Universitario, de la Universidad de Guadalajara, el Premio Nobel habló de la creación literaria como una manera de abrir fronteras.
“La literatura abre las fronteras, las desaparece, es universal, nos pone con gente distinta, con otras culturas, con otros tiempos. La novela es una manera de superar las fronteras, saltar sobre ellas y descubrir lo que tenemos en común a pesar de las diferencias que existen”.
Antes, Raúl Padilla López, como director de la Fundación Universidad de Guadalajara, una de las entidades que apoya la celebración de la Bienal en la capital tapatía, llamó a pensar en las fronteras no como un lugar de cierre, “sino como el acceso que nos permite fluir de una cultura a otra”.
“Porque allí donde se dibujan los límites geográficos comienzan otros vastos territorios, otras formas de pensar y concebir al mundo. De ahí la importancia de este encuentro literario que fortalece el trabajo de nuestra Universidad por la promoción del libro y la lectura, contra todos los muros, sean físicos o imaginarios”.
La Bienal se inauguró con un diálogo entre Gioconda Belli, Rodrigo Blanco Calderón, Gustavo Faverón, Antonio Soler y Manuel Vilas, finalistas del Premio que lleva el nombre del Premio Nobel, en el Conjunto Santander de Artes Escénicas del Centro Cultural Universitario, de la Universidad de Guadalajara.
A lo largo de los cuatro días de actividades, se reunirá a una treintena de escritores iberoamericanos en 11 mesas de reflexión; organizada por la Fundación Biblioteca Miguel de Cervantes, la Cátedra Vargas Llosa y la Fundación Universidad de Guadalajara, que me honro en presidir; y con el apoyo del Instituto Cervantes, Acción Cultural Española, España Global y Grupo Santander, cuyo apoyo permitió el arribo de 200 estudiantes de nivel superior y de diversas partes del país, con interés por la literatura y las humanidades.
RV