La antorcha original de la Estatua de la Libertad, reemplazada hace 33 años por su deterioro, destella en el nuevo museo de 2 mil 400 metros cuadrados a los pies de la dama de hierro, en Nueva York, espacio que el jueves abre sus puertas.
El nuevo museo recoge entre sus paredes los modelos originales y algunas de las réplicas utilizadas al construir La libertad iluminando al mundo, su nombre real, así como explicaciones sobre el proceso de construcción.
También exhibe reproducciones en cobre de otras partes de la estatua, como la cara, que además muestra el color original del bronce de la efigie, convertido en verde por el óxido de sus materiales.
La pieza central, sin embargo, es la flamante antorcha original que se erigió sobre el cielo neoyorquino desde 1886 hasta cien años después, cuando fue sustituida por la actual con el estilo ideado por Bartholdi.
Y esto es porque la llama de la Estatua de la Libertad cambió con los años, desde añadidos de lámparas eléctricas en el interior, hasta ventanas.
Y ADEMÁS
MAYOR ACCESO PARA VER LA LLAMA
Antes, solo 20 por ciento de las hasta 25 mil personas que pueden visitar la estatua accedían a entradas para el pedestal. Ahora, con el nuevo edificio, no hará falta comprar entrada para acceder a la estatua, sino que el boleto general de ida y vuelta en ferry permitirá el acceso para ver la llama con la que soñaban los miles de inmigrantes que llegaban por mar a Estados Unidos.