Refulge "La tierra baldía" en nueva versión al español

En esta entrega de la editorial El Tucán de Virginia se incluyen grabados de Emiliano Gironella y ensayos críticos y relecturas sobre el Nobel 1948.

Obras plásticas que ilustran el trabajo del autor nacionalizado británico. ( Cortesía Axioma RP, Carlos Porraz)
Jesús Alejo Santiago
México /

A Octavio Paz no le convencía del todo la manera en que T. S. Eliot daba muestras de la soledad de un tiempo en La tierra baldía, según solía recordar Juan Malpartida, pero no dejaba de reconocer que su novedad “radica en la aparición de la historia humana como sustancia del poema”.

La obra de Eliot ha despertado un gran interés de poetas de distintas generaciones, como León Felipe, José María Valverde, Gil de Biedma y José Emilio Pacheco, quienes lo tradujeron al español. Ahora es objeto de un proyecto impulsado por la editorial El Tucán de Virginia, en colaboración con el sello Elementia.

Cuenta Víctor Manuel Mendiola, poeta y editor, que durante sus años de formación, con muchos poetas jóvenes, solían leer La tierra baldía bajo la influencia de las lecturas que habían realizado grandes poetas, como Octavio Paz y Ezra Pound.

Premio Nobel de Literatura en 1948, Eliot nació estadunidense (1888), pero se hizo ciudadano británico a los 27 años de edad, con una fama que lo llevó a leer su obra ante unas 15 mil personas y a ejercer gran influencia.

“Como poetas jóvenes leímos intensamente el poema, una obra difícil, llena de dificultades: el cambio de voces, el paso de una lírica a otra dramática. Todo eso hace que sea difícil de comprenderlo; en lo particular tardé unos pocos años en entenderlo cabalmente, hasta que me di cuenta de que en el centro del poema había una situación dramática, que aparte de toda la erudición, de la parte culta que tiene, hay un aspecto no solo muy actual en términos de lo que ocurría en los años 20 del siglo pasado, sino para nuestro tiempo”, recuerda Mendiola, director de El Tucán de Virginia.

Es un largo poema que respondía a los tiempos de una sociedad inmersa en la incertidumbre de la gran guerra, pero que marcaba los esfuerzos de un mundo que trataba de adaptarse a las nuevas circunstancias.

Occidente piensa en Oriente

Ahora La tierra baldía se publica en dos tomos: el primero es el poema con grabados de Emiliano Gironella, mientras que el segundo se acompaña de unos ensayos del mismo Mendiola, Guillermo Fadanelli, Armando González Torres y Edward Hirsch, además de una sección denominada “Primeras críticas”, con textos de Virginia Woolf, Conrad Aiken y The Times Literary Supplement.


Sobresalen las traducciones de Gabriel Bernal Granados y de Enrique Munguía, una de las primeras versiones al español publicada en Contemporáneos en 1930. “En el poema está el drama de la soledad humana, de la pareja. El texto representa una situación amorosa y sensual terrible, porque hay escenas de sexualidad, pero no de una del siglo XIX o de una romántica, del amor cortés… Todo lo contrario: es el amor frívolo, liviano, que sucede con indiferencias. Hay una escena central donde dos mujeres hablan de que una de ellas abortó porque ya no pudo con más niños, de que va a llegar su marido de la guerra y debe estar bonita porque no se cambió los dientes”, dice Mendiola.

Desde su perspectiva, en ese pasaje se refleja el grado de realismo, de pragmatismo y de dureza de una conversación sobre el erotismo y el amor, que está reducido a una de sus formas más puras. Pero cuando termina el poema, Eliot da una salida pensando en Oriente, en otro paisaje: “Dice que la solución es dar, simpatizar… Autocontrolarse, lo que no deja de ser muy interesante: en una obra, Occidente piensa en Oriente.

“El poema de Eliot tiene muchos aspectos que nos permiten pensar no solo en lo que sucedió a principios del siglo pasado, no solo en el dominio del amor ligero, frívolo o indiferente, sino de lo que ocurre en la actualidad en términos de la vida social, amorosa y sexual del siglo XX”. 


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