Regreso a clases a distancia, un panorama que permite otra forma de educar

Tres docentes comparten sus experiencias sobre el regreso a clases: los retos sorteados, las dificultades por sortear y la sensación de volver a convivir con sus alumnos de forma virtual.

El regreso a clases de forma virtual representó un gran reto para los docentes y alumnos. (Archivo)
Ciudad de México /

El regreso a clases en México resultó inusual tanto para los alumnos como para los docentes, pues, tras varios meses con las escuelas de niveles primaria y secundaria cerradas debido a la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad covid-19, las autoridades educativas decidieron reactivar la enseñanza a través de computadoras y televisores.

Esto representó un gran reto para los profesores, que tuvieron que prepararse con mucho tiempo de antelación para esta nueva modalidad. Tal es el caso de Luis Raymundo Salazar Martínez, docente al frente de un grupo de sexto año de primaria que realizó su planeación para volver a clases durante “tres semanas aproximadamente, apoyado en cursos impartidos por el gobierno y de manera autodidacta”.

Tomé webinars desde el mes de mayo, vi tutoriales y desde hace un mes inicié ya propiamente con la organización de mis clases”, revela María Elena Cárdenas, profesora de la materia Formación Cívica y Ética a nivel secundaria, sobre su proceso previo al nuevo ciclo escolar.

Por su parte, Vianey Márquez Martínez, titular de un grupo de primero de primaria en una institución particular (la única dentro de estos testimonios en una escuela de este tipo), cuenta que se preparó en equipo: “En mi caso, comenzamos a preparar la estrategia de aprendizaje en casa desde hace ya como más de un mes: iniciamos primero con juntas virtuales en las que, como escuela, organizamos la estrategia que usaríamos, después tuvimos una semana de taller intensivo de capacitación y por último tuvimos el Consejo Técnico Escolar Intensivo”.

Primer día de clases

Los alumnos estaban desesperados por convivir con sus compañeros y alejarse un poco de las dinámicas familiares, que en muchos casos son complicadas”, asegura Raymundo respecto a su primer día de trabajo, donde estuvo frente a 25 alumnos que “sí extrañaba; aunque son los del año pasado, tenía seis meses sin verlos”.

Aunque Elena, que tiene 280 estudiantes a su cargo, se sintió un poco nerviosa, "pero no fue por la clase, dado que ya tenía preparado mi presentación, sino por el manejo de esta forma nueva de dar las clases virtuales”. Pero logró sortear el inicio del curso en línea, donde los padres son vitales para "gestionar el aprendizaje".

"Los beneficios espero que sean positivos para los alumnos. El primero es que continúan con sus estudios, continúan con el aprendizaje de contenidos y desarrollan habilidades con el uso de las tecnologías", señala.

Para Vianey, responsable de 12 pequeños, fue una sensación extraña, pero "el hecho de poder volver como a esa rutina del trabajo diario con ellos, de verlos, de aprender de ellos, trabajar con ellos, me da mucha alegría".

"Hoy una de las primeras clases que tomamos fue hablar del por qué las clases en línea; los niños están muy informados al respecto de lo que está pasando a nivel social y mundial, y ellos mismos son quienes dan apertura a hablar de estos temas; en esta semana la prioridad es trabajar la parte de las emociones", agrega la profesora de primaria.

Una regreso para dejar de pensar en la pandemia

Los tres docentes coinciden en que necesitaban volver a la dinámica de compartir sus conocimientos para dejar de preocuparse por la situación sanitaria y económica provocada por el virus. 

Así lo reconoce Márquez Martínez, quien señala que las clases la ayudan a sobrellevar "todos los problemas que me provocan el estar encerrada y la parte económica, porque la verdad eso fue algo que sí me afectó mucho".

"Lo más importante es el hecho de hacer lo que te gusta, de poder retomar tu vocación y volver a plantearte nuevos retos; el exigirte, el salir de tu zona de confort, los aprendizajes nuevos que sé que voy a tener después de esto, las nuevas experiencias como maestra, los nuevos aprendizajes como maestra, utilizar otras plataformas y herramientas, otra forma de educar", afirma.

Elena hace hincapié en que otro beneficio es que, al permanecer en casa, "no estamos expuestos a un posible contagio del virus". Y coincide con su colega de nivel primaria en que será enriquecedor usar "nuevos recursos, plataformas, videos, sitios educativos digitales y lecturas"

Por su parte, el maestro de sexto de primaria cree que esta vuelta al trabajo representa una "oportunidad de retomar mis rutinas, de crecer en mis conocimientos y poder apoyar de alguna manera a la sociedad y, en este caso, a mi comunidad".

La perspectiva familiar

Debido a que la familia es un eslabón esencial para que esta modalidad de educación a distancia funcione adecuadamente, a continuación algunos testimonios de cómo algunas madres enfrentaron el primer día de clases de sus retoños.

"El primer día siempre es nuevo, no por ello catastrófico. Tanto niños, profesores y padres debemos adaptarnos a este nuevo método de enseñanza, pero eso no sucede en un día. Creo que es cuestión de que todos nos hagamos responsables de lo que nos corresponde (...) Los profesores se notan comprometidos, tienen mucho material preparado y puedo percibir que les importa. Como fue un primer día caótico, se hará una junta para expresar todas las dudas que surgieron justo de este primer intento", señala Fernanda Benítez, que tiene a su pequeña Marian en tercer grado de kinder.
"Nos estamos enfrentando a algo completamente nuevo. El inicio para ambas fue con esta modalidad. Me dejó un poco más tranquila la idea de la clase virtual; afortunadamente mi horario laboral me permite acompañar a mi hija y apoyarla en su aprendizaje. Al principio (en las clase por TV) estaba muy desconcertada, se aburrió y me pedía ya no verla. Después, al entrar a su clase virtual y conocer a su maestra y compañeros, su semblante cambió, se animó y participó mucho", revela Teresa Ochoa Sánchez, quien siguió de cerca el primer día de su hija Mayte.
"La maestra que le tocó al grupo de mi hija, por lo que llevó de hablar con ella, creo que es una persona paciente, atenta, amable y que le gusta ser docente. Ella está al pendiente de nuestras dudas e inquietudes que le hacemos llegar por medio de correos electrónicos o mensajería instantánea. En cuanto a sus aptitudes, creo que es una persona un poco mayor y no está muy familiarizada con el uso de la tecnología, pero hasta ahorita no hemos tenido ninguna complicación por esa parte. Nos mencionó que sus hijas la apoyan los fines de semana para poder realizar todas las actividades de manera satisfactoria", cuenta Abigail Flores respecto a la docente que instruye a su hija, Luna, en el jardín de niños Alejandro Fleming.


yhc

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

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