Reinserta, una segunda oportunidad

Entrevista

Es momento de dar opciones y alternativas para cambiar el futuro de México, y es lo que busca el proyecto presidido por Saskia Niño de Rivera.

Foto: Cortesía de la fundación
Sarah Gore Reeves y Lorena Domínguez
M revista de Milenio /

Una realidad que sabemos que existe: que cada vez más niños y jóvenes en México dejan de estudiar por dedicarse al crimen organizado, una cifra alarmante qué crece y crece. Una realidad que le duele al país, pero que a su vez no sabe cómo luchar contra ella.

Un futuro hasta cierto punto incierto, en el que dejamos que el crimen y la falta de educación sea el nuevo motor de México. Y es ahí cuando aparece Reinserta, una organización sin fines de lucro que busca dar una segunda oportunidad a los adolescentes y niños que fueron víctimas del crimen organizado.

Saskia Niño de Rivera, presidenta y cofundadora de Reinserta, nos platica en exclusiva para M de Milenio cómo es su labor en la organización y cómo podemos visibilizar y enfrentar los problemas que son parte del entorno en el que vivimos.

¿Cuál es el objetivo de Reinserta?

Es una organización que busca reconstruir el tejido social trabajando con niñas, niños y adolescentes en contacto con el sistema de justicia penal. Trabajamos con tres poblaciones puntualmente: niños, niñas y adolescentes con referente en prisión, ya sea que vivan con sus mamás en la cárcel, o que visiten a sus mamás o papás ahí; también trabajamos con adolescentes en conflicto con la ley por delitos de alto impacto, tenemos un modelo de reinserción social para ellos; además trabajamos niños, niñas y adolescentes sobrevivientes de delitos de alto impacto, especialmente abuso sexual, secuestro, homicidio indirecto y trata.

¿Cómo nace Reinserta?

Mercedes, mi socia, y yo somos las fundadoras. Ella trabajaba en Províctima y yo en Antisecuestro en la Policía Federal. Estábamos muy cerca de esa realidad, y también con mucho contacto con la sociedad civil; una de las reflexiones que hicimos es que se necesitaba voltear a ver al sistema de justicia penal, las cárceles especialmente, desde gobierno y desde la sociedad civil; entonces decidimos fundar Reinserta.
Foto: Cortesía de la fundación

¿Cuál crees que es la realidad en México en cuestión de seguridad en los penales? ¿Hay más apoyo de parte del gobierno?

Los penales nunca han sido prioridad por parte ni del gobierno ni de la ciudadanía, son como el último eslabón de la seguridad y ni siquiera se consideran como parte estratégica de la seguridad. Se habla de meter a la gente en la cárcel, pero no de cómo funcionan las prisiones en este país. Yo diría que 80 por ciento de las cárceles en este país tienen cogobierno o ingobernabilidad absoluta, y en el sistema de justicia penal, que es distinto, yo creo que México está en una de sus peores facetas.

¿Crees que las personas cambian?

Sin duda, todos cambiamos. Tú cambias, yo cambio, todo el mundo cambia. Todos nos equivocamos y hacemos cosas de las cuales nos arrepentimos. Todos merecemos una segunda oportunidad.

¿Qué cambios son indispensables para modificar el sistema penitenciario en México?

El interés. Tenemos que empezar por entender que lo que pasa en la cárcel es parte de un interés colectivo. Si tuviéramos prisiones que funcionaran, México estaría mucho mejor de lo que está ahorita. Si tenemos cárceles que no funcionan, entonces México tampoco. Tener cárceles que cumplen con su objetivo nos ayuda a tener un país mucho más seguro, y yo creo que también nos hace una sociedad más empática. Si tenemos la capacidad de perdonar, somos capaces de brindar oportunidades y aceptar que todos cometemos errores, de entender que la segunda oportunidad de alguien es elemental para todos. Yo creo que, en general, sería una sociedad mucho más sana mentalmente, en lugar de una con tanto enojo y tanta necesidad de venganza, porque creo que eso es lo que somos.

¿Qué sigue para Reinserta?

Estamos analizando, queremos hacer centros de atención para niños, niñas y adolescentes en contacto con la violencia extrema; espacios lúdicos y espacios jurídicos basados en psicotrauma.

¿Cómo crees que nosotros podemos apoyar y empaparnos de todo esto?

Hay que preguntarnos qué tipo de vida llevamos y cómo empezar a ejercer esa empatía y esa compasión. Preguntarnos cómo empezar a ser más congruentes con los valores y principios. En segundo lugar, yo te diría que la gente debe voltear a ver al México que queremos construir y decir: “¿Cómo puedo aportar?, ¿en qué me puedo enfocar porque me gusta o porque me apasiona?”. Pueden ser los árboles o niños con cáncer, y si dentro de eso están las cárceles, entonces buscar organizaciones como Reinserta, que está haciendo cosas, y hacer un cambio.


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