¡Del surrealismo a la fantasía! Remedios Varo, la pintora mexicana nacida en España

La obra de esta pintora, escritora y artista gráfica, forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.

Remedios Varo en 1958 (Kati Horna)
Ciudad de México /

María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, mejor conocida como Remedios Varo, una de las exponentes más importantes del surrealismo que surgió en México durante el siglo XX, nació el 16 de diciembre de 1908 en Anglés, España. Su obra pictórica forma parte de una de las etapas más fructíferas e interesan de la historia del arte mexicano.

Durante sus primero años de vida, la familia Varo y Uranga cambió frecuentemente de residencia. Fue hasta que cumplió 11 años que se establecieron en Madrid, lugar en el que comenzó a frecuentar la lectura, desarrolló el gusto por las matemáticas y pasión por el dibujo.

En su juventud fue una de las primeras mujeres en estudiar en la Academia de San Fernando en Madrid, en la que tuvo como profesores a los pintores Manuel Benedito y Julio Romero de Torres, quienes influyeron en su estilo y técnica.

Después de graduarse, fue seleccionada para participar en la exposición colectiva de la institución, así como en una de dibujos organizados por la Unión de Dibujantes de Madrid.

A los 21 años contrajo matrimonio con su ex compañero de escuela Gerardo Lizárraga, relación que duró pocos meses y según algunos de sus biógrafos utilizó como pretexto para salir de su casa. Tras su divorcio mantuvieron una relación cercana que perduró toda su vida.

Dadas las inclinaciones políticas de la artista, una vez que estalló la Guerra Civil Española en 1936, huyó a Francia, donde se integró al grupo logicofobista, un movimiento que pretendía representar los estados mentales del alma.

Ahí también conoció a los pintores surrealistas André Breton, Max Ernst, Joan Miró, así como a Leonora Carrington, con quien desarrolló una profunda amistad, además de compartir el tono fantástico que ambas plasmaron en su obra.

Tras la invasión del ejército alemán a París en 1941, Remedios se exilió en México con ayuda del ex presidente Lázaro Cárdenas, quien agilizó sus tramites de naturalización.

Durante sus primero años en territorio nacional trabajó como artesana y  realizó ilustración publicitaria para la farmacéutica Bayer. 

Fue hasta la década de 1950 cuando se dedicó por completo a la creación pictórica, impulsada por el austriaco Walter Gruen, su último marido. En 1956 presentó su primera gran exposición individual en Ciudad de México, a partir de ella se convirtió en uno de los nombres más reconocidos de la pintura del país y formó parte del grupo intelectual al que pertenecieron artistas como Octavio Paz, César Moro, Gunther Gerzso y José Horna, entre otros.

La vida de Remedios, tanto como su obra, se vio rodeada de misticismo. Sus intereses personales iban desde la teoría psicoanalítica hasta la alquimia y herbolaria. 

Durante una época en la que imperaba el muralismo en México, su vasta obra destacó por su característico estilo complejo y fácilmente reconocible.


 Su última pieza, Música del Bosque, quedó inconclusa tras su fallecimiento el ocho de octubre de 1963 por un ataque al corazón.


BGHL

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