Históricamente, el “maltrato musical” a la comunidad LGBT+ ha sido constante, sobre todo en los corridos, señala Juan Carlos Ramírez-Pimienta, escritor y docente de Estudios fronterizos en la San Diego State University-Imperial Valley.
Aunque en tiempos recientes esta losa machista dentro del regional mexicano se ha ido levantando gracias a exponentes que empatan bien con las nuevas generaciones y sus posturas sociales, como Ivonne Galaz, Conexión Divina y Jhonny Caz, integrante de Grupo Firme.
"Tienen una mentalidad diferente que poco a poco va permeando y se van naturalizando cosas que se debían de haber hecho desde hace tiempo. ¿Qué tan rápido puede ser esto? No lo sé, pero sé que en las generaciones jóvenes es natural hablar este tipo de cuestiones", señala el experto en entrevista con MILENIO.
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El baile de los 41
Ramírez-Pimienta dice que "no hay garantía" para saber cuál es el primer corrido que abordó orientaciones sexuales e identidades de género que difieren con lo heterosexual, pero las primeras composiciones con esta temática que llamaron su atención las halló en los pliegos, "que eran como unas hojas volantes donde se imprimían corridos, sin música, a principios del siglo pasado".
Así se hizo eco del famoso caso del Baile de los 41, fiesta LGBT+ que aconteció en 1901 y terminó por una redada policíaca donde detuvieron a 41 participantes - eran 42 en la reunión, pero Ignacio de la Torre y Mier se salvó al ser yerno de Porfirio Díaz, presidente de la época.
"Hay dos corridos en esas hojas sueltas sobre el tema: primero cuando descubren la fiesta y se hace un escándalo; si ahora hay una falta de sensibilidad, en aquel entonces decían ‘Noticia asquerosa, es demasiado para los lectores’, un tratamiento duro. Y después hubo otro sobre el traslado de 19 detenidos a Yucatán (para realizar trabajos forzados), burlándose de ellos", explica el autor del libro Cantar a los narcos. Voces y versos del narcocorrido.
"Una realidad donde hay violencia"
A partir de entonces, el tratamiento a la comunidad LGBT+ en los corridos fue discriminatorio y violento durante muchos años.
"Hay corridos de violencia porque así es la realidad mexicana, una realidad donde hay violencia de género hacia la comunidad y las mujeres", reflexiona.
El escritor salta a 1936 para recordar una suerte de diálogo paródico que hizo dueto, "como los bisabuelos de Polo Polo".
"Encontré un diálogo entre un homosexual y una mujer, y también es de burla; como el humor de hace 10 o 15 años en televisión", detalla.
Dos años después, en 1938, las Hermanas Padilla, "un grupo de esos que se han perdido, pero fue tan importante como Pedro Infante y Jorge Negrete", grabaron una canción llamada El joto, "y aquí hago la aclaración que esa terminología es la que se usaba, pues también era una mofa".
Haz click aquí para escuchar la polémica canción.
"El género siempre ha sido así porque la sociedad es machista, favorece la representación positiva masculina, y cuando la representación femenina es positiva, es porque, como dicen en los corridos, pelea como si fuera un hombre, tienes características así", sentencia Ramírez-Pimienta.
En las décadas siguientes, el trato burlón y de desdén contra la comunidad LGBT+ y las mujeres permaneció, teniendo como epítome algunas composiciones de Grupo Marrano.
Afortunadamente, con el tiempo esto ha dado un giro, impulsado en gran medida por Jenni Rivera, quien desde los noventa hasta su muerte, en 2012, empoderó - y sigue empoderando - la voz de las nuevas generaciones.
Actualidad
En esta época, el docente indica que tiene mayor aceptación "la representación homosexual femenina que la representación homosexual femenina: se aceptan y producen más corridos con temática lésbica".
La explicación, hasta cierto punto, es sencilla: "Lo que domina el corrido ahora es la narcocultura, entonces hay una suerte de masculinización de lo femenino que se ve más aceptada que la feminización de lo masculino; mujeres con características asociadas a lo varonil, a lo masculino, que pueden ser muy despiadadas, sicarias".
Aunque hay excepciones, como un grupo de Jalisco, Reyes Puente y sus castores, "que tienen corridos de hombres homosexuales narcotraficantes".
Juan Carlos hace un paréntesis para resaltar que Colombia, desde los años 80, hay una notoria - y aceptada - representación del homosexual en la narcocultura, por ejemplo: "Hay una novela que se llama El divino, del 86, o La virgen de los sicarios, en el 94, donde los protagonistas son homosexuales y son representados de manera heroica, o anti heroica a la manera de la narcocultura".
Otro ejemplo es la serie Narcos, de Netflix, específicamente con el personaje de Pacho Herrera, un narcotraficante colombiano homosexual, miembro del Cártel de Cali.
"Entonces, eso está más aceptado o normalizado allá, pero en México ha sido difícil establecer esa relación", zanja Ramírez-Pimienta.
El escritor ve con esperanza que, en un futuro próximo, la comunidad LGBT+ se aborde en los corridos - y la música regional en general - desde ángulos no irrisorios y en un espectro más amplio - de personas trans o no binarias, por ejemplo - , sobre todo gracias a los ya mencionados Ivonne Galaz, Conexión Divina y Jhonny Caz, pero también a Gustavo Velasco El rey del corrido gay, Mancandy, Luis Vila, Banda Renovación y Renee Goust, entre otros exponentes.
Aunque espera que estas representaciones no caigan en valores tradicionalmente asociados a la masculinidad que demeriten la identidad, como lo engañoso de decir "Es homosexual, pero es muy valiente", aludiendo a que ser homosexual es sinónimo de debilidad.
Juan Carlos Ramírez-Pimienta
Es un docente, investigador y escritor que ha enfocado su trayectoria en estudiar los corridos desde diversos ángulos.Su escritos se pueden consultar aquí: https://sdsu.academia.edu/JuanRamirezPimienta
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