La historia para la antigua sede en la Macroplaza del Archivo General del Estado de Nuevo León (AGENL) terminó de escribirse, al trasladarse los últimos documentos tras 36 años en funciones.
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Siendo el primer inmueble construido exclusivamente para albergar el repositorio documental del estado, el inmueble está clausurado ante los daños estructurales que presentó en 2019.
El día 26 de octubre se retiró la última carga de documentación, perteneciente a los "Archivos Contemporáneos". Por ello, se reconoció a personal del AGENL, de Recursos Humanos e Intendencia, quienes hicieron el último traslado.
"Fue una etapa brillante donde se hicieron muchas actividades como la clasificación y catalogación de documentos, la recepción de acervos en mala calidad, pero el archivo fue ejemplo como un ente cultural", recordó Héctor Jaime Treviño Villarreal, director del AGENL.
Las instalaciones del AGENL en la calle Juan Ignacio Ramón y Zaragoza se inauguraron en diciembre de 1984, al culminarse la Macroplaza. Tuvo en Leticia Martínez Cárdenas a su primera directora, quien promovió eventos y publicación de investigaciones.
Por el archivo transitaron personajes como los historiadores Eugenio del Hoyo, Isidro Vizcaya, Mario Cerutti, así como archivistas como Eusebio Sáenz, Jesús Ávila, entre otros.
"Ahí se forjaron algunos de los principales historiadores que hoy tiene la ciudad, ahí se les publicó su primero libro", agregó el historiador.
El AGENL tiene como actual ubicación las antiguas oficinas de la Fundidora, dentro del Parque Fundidora, así como un nuevo edificio ubicado en el sector Lindavista.
Aunque se tenía el proyecto de construir una nueva sede en los terrenos del antiguo penal del Topo Chico, la idea se suspendió a causa de la crisis sanitaria del covid-19.