La retrospectiva del cineasta japonés Akira Kurosawa (1910-1998) agotó localidades para todos sus filmes y funciones en su primera semana, que arrancó el 13 de agosto con El ángel ebrio y Sanjuro, un ciclo que movió desde Japón más de 500 kilogramos de película para un total de 16 clásicos del cine.
Apenas salieron a la venta los boletos, las primeras películas en el recinto de Xoco que se llenaron en todas sus funciones fueron Rashomon, Trono de sangre y Los siete samurais, aunque el boletaje del resto de los 16 títulos desde el jueves ya contaba con aforo casi completo hasta la próxima semana.
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Un fenómeno que antes se había visto con las retrospectivas de Stanley Kubrick o de Alfred Hitchcock.
Fundación Japón, en colaboración con la Cineteca Nacional y la Cineteca Nuevo León, trajo a México 16 películas restauradas del maestro japonés: 11 en formato de 35 mm y cinco más en DSP, casi la mitad de la producción total en medio siglo de Kurosawa, quien debutó en 1943 y se retiró en 1993.
La retrospectiva, que finaliza el 25 de agosto, incluye: Perro rabioso (1949), Rashomon (1950), Vivir (1952), Los siete samurais (1954), Trono de sangre (1957), La fortaleza escondida (1958), El ángel ebrio (1959), Yojimbo (1961), Sanjuro (1962), El cielo y el infierno (1963), Barbarroja (1965), Dodeskaden (1970), Dersu Uzala (1975), Kagemusha (1980), Ran (1985), Los sueños (1990).
Después de presentarse en la Cineteca Nacional, la muestra irá a Monterrey, donde están programados en la Cineteca Nuevo León del Parque Fundidora 12 (de los 16 títulos), del 10 al 16 de septiembre.
Desde que se dio a conocer la programación conmemorativa a los 50 años de la Cineteca Nacional, se destacó la inclusión de la primera retrospectiva de Kurosawa en México, como MILENIO publicó en enero pasado.
Nelson Carro, director de Programación y Difusión de la Cineteca Nacional, celebró el ciclo en la ceremonia inaugural del ciclo el martes 13 de agosto pasado, en la función privada de Sanjuro de Fundación Japón, que al final se cambió de sala y se abrió a todo público dada la demanda de boletos.
“Es un placer con el señor Toru Ono, con quien trabajamos desde hace una buena cantidad de años, más aún para iniciar una retrospectiva del cineasta japonés más famoso de la historia, Akira Kurosawa, un cineasta que tiene muchos seguidores y de quien vamos a poder ver 11 títulos en 35 milímetros, más algunos más recientes en formato DSP”, dijo Carro ante el director de la Fundación Japón en México.
Agradeció a nombre de la Cineteca Nacional que Fundación Japón sea una de las instituciones en el mundo que siguen peleando por mantener cine en 35 mm, más en el caso de clásicos como Kurosawa.
“Nomás quiero contarles que cuando llegaron las películas de Kurosawa, que muchas son largas, llegaron casi 500 kilos de película. ¡Imagínense el tamaño, el volumen para transportar! Realmente se merece un aplauso Fundación Japón por el esfuerzo”, relató con emoción el directivo de la Cineteca.
Kurosawa debutó en 1943 con La leyenda del gran Judo y se retiró con Todavía no, en 1993. En la retrospectiva, que abarca medio siglo, el filme más reciente es Sueños, producido por Steven Spielberg, como anécdota, aparece el cineasta estadunidense Martin Scorsese encarnando a Vincent van Gogh.
El cine de Kurosawa es un cine ético, donde la justicia y el honor, son leit motiv de las historias lo mismo de samurais, como en Los siete samurais o Sanjuro, que de policías y empresarios honestos, como en Perro Rabioso y El cielo y el infierno. Los filmes del maestro japonés muestran el pasado glorioso del Japón feudal y el desastre que fue para su país la Segunda Guerra Mundial y el genocidio perpetrado por Estados Unidos con bombas atómicas contra las poblaciones de Nagasaki e Hiroshima.
En filmes como El ángel ebrio la pobreza, los mafiosos, el charco de agua podrida son metáforas de esa decadencia que llegó a Japón en la posguerra. Igual que el calor interminable que sufren los policías Sato y Murakami que se meten a los bajos fondos a investigar el robo de una pistola Colt al segundo.
El cine de Kurosawa dialoga igual con la cultura occidental, al hacer sus propias versiones de clásicos de la literatura como William Shakespeare (Trono de sangre) o Maxim Gorki (Los bajos fondos).
La culpa que siente Murakami por haberse dejado robar una pistola que ha provocado tragedia, es un recordatorio existencial permanente al estilo del gran clásico de Fiodor Dostoievksi Crimen y castigo.
Al irrepetible banquete de 16 películas de Kurosawa, que han llenado principalmente gente muy joven que en algunos casos no conocía ninguna obra del japonés, se sumarán otras retrospectivas importantes en el resto del año, con lo que Cineteca Nacional cerrará su celebración de su medio siglo de existencia: ahora también se presenta una retrospectiva del Cinema Novo brasileño y después vendrán ciclos dedicados a Lars von Trier, Jean-Luc Godard y, finalmente, de otro maestro: Luchino Visconti.
PCL