El silencio forzado frente a la realidad es lo que entiendo como poesía: Ricardo Arenas

Arenas estudia de la carrera de Creación Literaria en la UACM, desde donde empezó a escribir los versos de su primer poemario, entre 2017 y 2019.

Ricardo Arenas, autor de 'En el armario no hay lugar para dos monstruos'. (Foto: Especial)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

A los intereses creativos de Ricardo Arenas llegó primero la música, la creación literaria vino más tarde; incluso estudió música, pero en la realidad se enfrentó a un desafío familiar que debió superar antes: querían que estudiara otra carrera para poder sobrevivir y ello propició que se planteara una pregunta: quiere sobrevivir o quiere vivir.

“Hay una diferencia abismal entre vivir y sobrevivir, y la incapacidad de comunicar o el silencio forzado frente a la realidad es lo que entiendo como poesía: esa necesidad de hablarle a una silla vacía, de comunicar y trascender, a pesar de uno. Eso para mí ya es un acto poético”.

Bajo ese argumento escribió los textos que integran el poemario En el armario no hay lugar para dos monstruos (Editorial De otro tipo, 2021) donde se concentran sus dos pasiones, porque también es cierto que su primer acercamiento a la poesía se dio a través de canciones, escritas tanto en inglés como en español.

“Crecí en los 90 rodeado de muchos libros y muchos discos, casetes: realmente ese fue mi acercamiento a la poesía, con Lou Reed, Leonard Cohen, Joaquín Sabina, Aute o Serrat. Después, veía que mi papá se emocionaba mucho con Antonio Machado y Miguel Hernández, mi abuelo con Gorostiza y Sor Juana. No entendía mucho, pero imagino que si alguien se emociona así sólo puede ser por la verdad”.

Nacido en la Ciudad de México, en 1994, Ricardo Arenas es estudiante de la carrera de Creación Literaria en la UACM, desde donde empezó a escribir los versos, entre fines de 2017 y principios de 2019: incluso, cada uno de los subtítulos del libro tiene forma de letras de canciones, de ahí que la necesidad de escribir poesía la concibe con la perspectiva de curiosidad infantil.

“El acto de creación es personal, uno se hace responsable de lo que escribe, pero no sólo debe tratarse de eso: cualquier buen libro de poesía no sólo viene después de tirar a la basura muchas cosas, sino de hacerse cargo de cada una de las imágenes o de cada una de las palabras”.

Todo aquel que quiera crear inevitablemente debe ser niño, jugar con la palabra, sin por ello dejar de lado el proceso de escritura, a decir de Ricardo Arenas: una aproximación a lo monstruoso desde lo cotidiano y lo doméstico, donde el universo familiar muestra sus afilados colmillos a la menor provocación es lo que ofrecen los versos de En el armario no hay lugar para dos monstruos.

PCL

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