Rincón Colorado, un valle donde habitan los dinosaurios

Son 9 hectáreas que el visitante puede recorrer a través de senderos, apreciando diversas ventanas arqueológicas que explican qué animales habitaron la zona hace más de 72 millones de años.

Velafrons, reconstruido de tallos de plantas, recibe a los visitantes (Foto: Gustavo Mendoza Lemus)
Gustavo Mendoza
Saltillo /

En Rincón Colorado, cada roca que el visitante pisa puede ser un fósil de un dinosaurio. Pero también puede tener su pie sobre las impresiones de conchas y una amplia variedad de plantas que narran cómo era la vida hace más de 72 millones de años en el sitio.

Rincón Colorado es la primera zona paleontológica de México, la cual abrió al público en noviembre de 2018, y en la cual se exhiben réplicas de fósiles de diversos dinosaurios que se han recuperado desde 1980.

Son nueve hectáreas de desierto coahuilense que el visitante puede recorrer a través de senderos, apreciando diversos módulos o ventanas arqueológicas que explican qué fósiles se extrajeron o la variedad de dinosaurios que habitaron el lugar.

Francisco Aguilar Moreno, delegado en Coahuila del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), detalla que desde 2012 se preparó la apertura al público, respetando los acuerdos de la comunidad ejidal y buscando generar un contenido educativo en la zona.

“Tenemos un espacio lúdico para que los niños jueguen aprendiendo, porque les hubiéramos puesto una resbaladilla en forma de dinosaurio, pero no era la intención”, indicó Aguilar Moreno.

Camino de dinosaurios

Debe su nombre a los tonos rojizos de los cerros cercanos al ejido, ubicado a poco más de 32 kilómetros de Saltillo. Sin embargo, es conocido a nivel nacional como el “Valle de dinosaurios”, gracias a diversos hallazgos, siendo el Velafrons coahuilensis, un emblema para el estado.

Desde la década de 1980 empezaron las primeras investigaciones gracias a comuneros del ejido Rincón Colorado, quienes hacían procesión a la Virgen en el desierto.

En una ocasión, se detectaron unas “rocas distintas” y la historia empezó a contarse.

“Pensaron que eran huesos de gigantes, a partir de ahí vinieron especialistas en geología de México y Estados Unidos, además de los maestros de la coordinación de paleontología de Educación Pública del estado”, indica el delegado del INAH en Coahuila.

Es el propio Velafrons, reconstruido con tallos de plantas cercanas, quien recibe a los visitantes a la zona paleontológica, la cual cuenta con módulos ilustrativos, un área de juegos para los niños y un mirador para que, desde lo alto, se aprecie la magnitud del desierto coahuilense.

De esta zona se han recuperado, además del hadrosaurio pico de pato, dinosaurios con cuernos en el rostro (ceratópidos), especies de Tiranosaurios y dromaeosaurus (similares a los Velociraptors, de la saga Jurassic Park), por mencionar algunos.

Viaje al pasado

Lo que hoy es como un amplio valle desértico hace millones de años fueron las playas del Mar del Cretácico, donde se tenía un medio ambiente muy distinto al que vemos en la actualidad.

Por ello, es posible que al caminar por los senderos de arena en la zona paleontológica podamos apreciar las impresiones de caracoles, ostras y diversa evidencia marina, en una sección llamada “sendero del tiempo geológico”.

“Vemos evidencias de la regresión del mar y por eso vemos conchas, ostras y tipos de caracoles, que a la mejor para el ojo no entrenado parecen manchitas negras pero es el chiste del recorrido, imaginarlas", describe Felisa Aguilar Arellano, presidenta del Consejo de Paleontología del Instituto Nacional de Antropología e Historia.}

El trabajo de diversos especialistas y de áreas como el Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México, junto a la Estación Regional del Noroeste, ha permitido conocer que el actual valle desértico fue una selva muy cercana al mar hace 72 millones de años.

Toda esta información ha sido posible de conocer gracias a los fósiles que Felisa Aguilar ha llamado “los olvidados”, es decir, restos de polen, plantas prehistóricas e insectos que también se han recuperado en Rincón Colorado.

Un ejemplo de la importancia del sitio lo da una simple cucaracha, pues ahí se encontró el registro más antiguo que se tiene de este insecto en América, aunque hoy los veamos por doquier.

“Algo tan chiquito nos puede dar tanta información, como es el caso del polen porque ahí sabemos qué clase de plantas vivieron ahí. A partir de eso nos da pauta para recrear el pasado”, señala la paleontóloga Felisa Aguilar Arellano.

El sitio paleontológico Rincón Colorado tiene como horario de atención al público de martes a domingo, de 10:00 a 17:00 y sin costo hasta el presente año. Se llega a través de la carretera Saltillo a Torreón, ingresando al ejido Rincón Colorado en el kilómetro 43.

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