"Rocco": la danza que se baila con guantes de box

El Festival Internacional Cervantino recibió el espectáculo del Ballet Nacional de Marsella, que se volverá a presentar en la Ciudad de México el próximo 28 de octubre.

'Rocco' es el espectáculo que el Ballet Nacional de Marsella trajo al Festival Internacional Cervantino.
Guanajuato /

¿Se puede bailar el box? Numerosos cronistas deportivos se han referido a él como una danza, pero no se habla mucho de puños al narrar una coreografía. El Ballet Nacional de Marsella ha invertido los papeles y a través de la danza, la noche de este domingo presentó una función pugilística en el Festival Internacional Cervantino.

El espectáculo inició sin que el público se percatara. Del centro de la Cancha de Cristal, en la Universidad de Guanajuato, apareció el primer dúo de la agrupación: calzoncillo rojo uno y azul el otro. Dispuestos en las esquinas del ring, encendieron un cigarrillo y esperaban a que los asistentes se terminaran de acomodar.

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Rocco es un guiño a la trayectoria como boxeador profesional del padre de Emio Greco, director de la compañía, pero también es una forma de compaginar el trabajo físico y la psicología de ambas disciplinas, cuenta el bailarín Alejandro Álavarez Longines en entrevista.

[OBJECT]“La gente no se detiene a pensar que tienen varias cosas en común hasta que no ven la pieza: tanto el boxeo como la danza requieren de una resistencia física extrema, un trabajo de pies muy rápido y un estado de alerta. También tienen en común el hecho de por qué subimos al ring o al escenario: estamos tratando de reivindicar algo, de hacer a la gente ver algo”.

Dos minutos antes de las 20:00 el segundo cigarrillo se encendió, la atmósfera se tornaba turbia cuando apareció el segundo dúo. Ambos vestidos de negro, con máscaras de ratón y guantes de box recrearon los movimientos de este deporte de manera satírica y juguetona.

La campana del primer round sonó. Las luces al centro del ring recordaban a ese halo que abduce gente en las películas de ciencia ficción. Más que un duelo, los bailarines parecían estar en una especie de espejo invertido, en el que los movimientos evocaban un entendimiento y conexión entre estos. Pero a medida que la luz se hacía más grande, los movimientos eran más violentos y competitivos.

[Dos bailarines se confrontan al centro del ring | Foto: Paola García]

Con Rocco, Alejandro Álavarez busca mostrar el amor fraternal al inicio de la pieza, pero “cuando pasamos a la segunda parte —y al mismo tiempo que la luz iba iluminando cada vez más el ring— la agresividad crece por las envidias y la competencia, lo que me permite evocar la famosa frase ‘del amor al odio hay sólo un paso’”.

[OBJECT]Si hablamos de danza en su sentido más convencional, como puede ser la clásica o la contemporánea, diría que el boxeo es mucho más físico, pero si hablamos de Emio Greco y Pieter Scholten —este último también director de la compañía— es una balanza: Emio lleva los cuerpos al límite al grado del desmayo, de no saber dónde estás, no sentir tu cuerpo y poder bailar con esta sensación, igual que cuando un boxeador aguanta los golpes y sigue en pie".

Antes de pasar a la segunda parte vino el intermedio anunciado por uno de los boxeadores, esta vez llevando un letrero con la palabra “Pausa” y de fondo la famosa canción francesa "Paroles, Paroles", de Dalida & Alain Delon, con la que el primer dúo protagonizó un acto que provocó risas y gritos: un gancho al hígado al dramatismo de la función.

Para la segunda parte del acto los ratones dejaron las máscaras. Los caramelos, dulces y chocolates también se fueron. Ya sólo quedaban dos cuerpos enfundados en mallas que brillaban igual que los músculos atestados de sudor, los guantes y el bucal de boxeo, y una pelea que cada vez se evocaba más el odio y que había dejado de lado las líneas rectas y la estilización de la danza.

[Bajo la luz, dos bailarines pelean con la gracia que sólo otorga la danza | Foto: Paola García]

Ya hacia el final, las campanadas de una de las iglesias cercanas a la universidad adornaron la música. Cada toque parecía ser parte de la coreografía. La batalla —esta vez con los cuatro bailarines sobre el cuadrilátero— culminó con una victoria para todos, pues, advirtió Alejandro, “al final nos reunimos y los cuatro hemos ganado porque estamos juntos”.

Rocco, basada en la película italiana Rocco e i suoi fratelli (Rocco y sus hermanos) se presentará nuevamente en la Cancha de Cristal hoy a las 20:00 y el sábado 28 en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario en la Ciudad de México.


ASS

  • Patricia Curiel
  • patricia.curiel@milenio.com
  • Estudió Comunicación y Periodismo en la UNAM. Escribe sobre arquitectura social y el trabajo de las mujeres en el campo de las artes. Cofundadora de Data Crítica, organización de investigación periodística que produce historias potenciadas por análisis de datos.

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