La novelista Rosamunde Pilcher, autora de Los buscadores de conchas, murió a los 94 años a causa de un derrame cerebral que padeció el pasado domingo por la noche, según comunicó su hijo Robin Pilcher a los medios.
El mayor de los cuatro hermanos Pilcher destacó que había sido "una madre maravillosa, de pensamiento más bien alternativo, que gracias a sus libros y a sus amistades personales, ha influido en la vida de muchas personas de diferentes edades". Indicó también que su madre había sufrido una bronquitis el día de Año Nuevo.
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La novelista británica, que comenzó a escribir a los siete años, nació en la costa norte de Cornualles y publicó alrededor de 30 libros de ficción sobre romances y mujeres entre 1949 y 2000, año en el que finalmente se retiró de la escritura.
Muchas de las historias que creó en la década de 1940 fueron publicadas bajo el seudónimo de Jane Fraser y su primera novela como Rosamunde Pilcher fue Un secreto para contar (1955).
Los buscadores de conchas (1987) está considerada como una de sus obras más famosas y vendió más de cinco millones de copias en todo el mundo.
[Lee el inicio de Los buscadores de conchas]
En 1989, la novela, que narra la historia de una anciana británica llamada Penélope Keeling, fue el libro más vendido en Estados Unidos y la actriz Angela Lansbury protagonizó una adaptación para televisión.
A mediados de 1990, Pilcher era una de las mujeres con mayores ingresos en el Reino Unido y, en 2003, Los buscadores de conchas fue nominado por el público británico como una de las 100 mejores novelas en la encuesta The Big Reader (La gran lectura) elaborada por la BBC.
Además, este libro se adaptó al teatro en 2005 y a una miniserie protagonizada por Vanessa Redgrave en 2006.
Las novelas y cuentos de Pilcher son especialmente populares en Alemania, donde el canal nacional de televisión ZDF ha adaptado sus obras a más de cien películas.
La visión romántica de la autora de Cornualles se convirtió en una pieza clave en la cultura pop alemana y llevó a muchos turistas alemanes a visitar la costa británica para experimentar el mundo que Pilcher había creado a través de su literatura.
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