El trabajo de Salvador Dalí no se orientó solo a lienzos, bastidores, museos y galerías, pues el pintor nacido el 11 de mayo de 1904 en Figueres, España, también incursionó en la mercadotecnia, al grado que diseñó un logo muy popular: el de la paleta Chupa Chups.
Aunque parezca difícil de creer, el máximo exponente del surrealismo participó en la renovación de este producto tan peculiar. Aquí te contamos los detalles de este curioso episodio del autor de La persistencia de la memoria (1931).
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Historia de Chupa Chups
Para llegar a la anécdota de Dalí primero es vital conocer la historia de esta famosa golosina, que nació en 1958 como creación del catalán Enric Bernat, dueño y fundador de Productos Bernat, una empresa de dulces que inventó las paletas como las conocemos hoy en día, es decir, un caramelo con un palito de papel que permitiera comerlo sin mancharse las manos.
Este revolucionario producto se llamó de origen Chups, pero el slogan de uno de sus primeros comerciales transformó su nombre: Chupa Chups.
“Chupa un caramelo, chupa, chupa,... chupa Chups”, se escuchaba en un popular anuncio de radio que determinó el futuro de la paleta que hoy se conoce en todo el mundo.
Diseño de Salvador Dalí
Pero Enric Bernat no se conformaba con poco, pues luego de inventar un nuevo tipo de golosina quería que su innovador caramelo tuviera proyección mundial, y así fue como en 1969 buscó a alguien que transformara la imagen.
Bernat convenció a Salvador Dalí para que interviniera la presentación de las Chupa Chups, y el artista, haciendo gala de su personalidad, tomó una servilleta y realizó la obra.
"Estábamos creciendo, mucho, y vimos necesario un cambio de logo. ¿A quién llamamos? A Salvador Dalí, Salvi para los amigos. Como era de esperar, el peculiar artista surrealista se apartó de lo convencional y diseñó el logo de la margarita en una servilleta de papel. Sí, sí, como lees. Y en un 'plis plas' creó uno de los logos más emblemáticos de todos los tiempos. Si por algo lo consideramos un genio", indica la página oficial de la paleta.
El pintor español dibujó una margarita amarilla sobre la que escribió el nombre de la marca y también sugirió el lugar donde debería colocarse el logo: justo en la parte superior de la golosina, para que se apreciara mejor.
hc