Desde el siglo XVIII, San Nicolás es uno de los personajes favoritos de los niños en varios países de Europa, especialmente a Holanda. La tradición dicta que el mítico santo de Mira sale de España cada seis de diciembre para anunciar la llegada de la Navidad y repartir regalos y dulces casa por casa. Esta tradición es la que dio origen la historia de Papá Noel.
Según la leyenda, viaja en barco a los Países Bajos en compañía de sus pajes, también conocidos como Pedritos, personajes que han encendido la polémica en distintas ciudades del viejo continente, principalmente en Amsterdam.
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Lo ayudantes, también conocidos como Zwarte Piet, cuya traducción significa Pedro Negro, llevan la cara pintada de negro, labios rojos, peluca oscura rizada y atuendo de esclavo, lo que ha provocado un debate que lleva casi diez años sobre la mesa.
Por un lado se encuentran aquellos que defienden la práctica, como un símbolo de identidad nacional que no debería ser transformada en nombre de una supuesta corrección política y por otro los que señalan a la celebración de ser profundamente racista y una figura salida del colonialismo.
La discusión ha escaldo a tal grado que activistas han logrado colarla al Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU y en ciudades como Ámsterdam, La Haya y Rotterdam, han adoptado modificaciones que incluyen la transformación del disfraz por uno inspirado en la nobleza española del siglo XVI y la omisión de tono de piel obscuro, así como la del apodo de Pedro Negro.
Sin embargo, la gran mayoría de municipios holandeses se apegan al nombre de Zwarte Piet y a las caracterizaciones, ya que consideran que cambiarlo afectaría innecesariamente a la esencia de una tradición de siglos.
BGHL