“Me interesa mucho el tema de la metáfora puesto que tanto la pintura como la poesía tienen en común eso de hablar con imágenes; sabes que si ves o lees ‘el pájaro vuela’, el pájaro significa algo más, el significado literal en el contexto del arte se borra, se desenfoca, y se abren otros campos significativos, y eso es lo que hice en las pinturas”, explica la artista Sandra del Pilar respecto a Tus palabras son sombras danzantes, su más reciente exposición.
La muestra, montada en la galería Víctor Manuel Contreras de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, constó de dos fases para su realización: primero, la pintora convocó a “acción poética” en noviembre pasado donde poetas, en especial el activista Javier Sicilia, compartieran su obra con ella.
“El punto de anclaje fue Javier Sicilia, quien cuando su hijo fue asesinado tomo la decisión de nunca más seguir escribiendo poesía, entonces es como la ‘muerte de la poesía’ y la pregunta era que si el poeta calla también se termina el arte. La idea era pedirle que compartiera su último poema mientras yo pintaba en vivo, no solo reflejando lo que él estaba leyendo sino también las reacciones del público”.
Para la segunda fase, Del Pilar retomó los poemas de los demás participantes y elaboró una obra por cada uno, resultando un total de ocho obras consistente cada una de cuatro láminas.
“En la inauguración destruí la obra que ya había terminado: sobre el velo de tela que le puse a las obras escribí el último poema de Sicilia, y como él optó por el silencio, tenía que desprender las palabras”, añade.
Para Sandra del Pilar, el haber participado en el proyecto La poesía vista por el arte, significó el nacimiento de sus inquietudes hacia esa disciplina literaria puesto que quedó asombrada por los paralelismos que existen entre esta y la pintura. Y al trabajar con esas similitudes, explica, nació Tus palabras son sombras danzantes.
“Además, tanto de la pintura como de la poesía, la gente dice que dan mucha vuelta: ‘por qué tanta palabra y rodeo para decir te amo’, cuando en realidad son como un círculo: partes de un punto, das una vuelta enorme y aparentemente llegas a un lugar muy cercano al de donde partiste, y esa vuelta es necesaria para que cambie tu visión y tu perspectiva de algo, porque al decir ‘te amo’ el camino es muy corto, es muy unidimensional. Un poema abre muchos campos a través de la estética y te permite ver ese fenómeno desde una perspectiva completamente inesperada”, concluye.