Con la presentación de Wayne Escoffery, al frente del grupo Black Art Jazz Collective, el sábado 1 de marzo iniciará el ciclo New York Jazz Stars en El Cantoral. Con una trayectoria de más de dos décadas y media, el saxofonista, compositor y educador, se formó con músicos, como Jackie McLean y Tom Harrell, así como en The Mingus Dynasty, además de colaborar con otros grandes exponentes del jazz, entre los que figuran Ron Carter, Ben Riley, Abdulah Ibrahim, Billy Hart, Eddie Henderson, Wallace Roney y Herbie Hancock.
Desde hace ya varios años ha alcanzado notoriedad con Black Art Jazz Collective, proyecto que, de alguna manera, se relaciona con su experiencia formativa con Jackie McLean, a quien conoció cuando estudiaba en la secundaria y lo invitó a su programa para jóvenes estudiantes en Hartford, Connecticut en The Hartt School. “Fue mi mentor principal y la primera gran leyenda del jazz que conocí en persona —recuerda sobre esos años—. Para él era importante entender la historia de la música, entender la historia del saxofón. Para él el jazz es la música clásica de Estados Unidos, una música que está muy relacionada con la historia de la rebelión negra en este país. Más que música, decía, era también una revolución social”.
- Te recomendamos Biblioteca negra, un proyecto que propone otras posibilidades de conectar con los libros Cultura
En torno al Black Art Jazz Collective, fundado en 2013 con el baterista Jonathan Blake y el trompetista Jeremy Pelt, Escoffery explica en entrevista que su objetivo era “contar con una banda que celebrara la cultura negra, la música de jazz y sus orígenes”, lo que han logrado al interpretar en su estilo obras de músicos como Jackie McLean, Miles Davis o Art Blakey, así como rendir homenaje a figuras como Nelson Mandela, Malcolm X o W.E.B Dubois.
Otro de los objetivos, agrega, fue “reunir a un grupo de músicos de gran talento que también pudieran colaborar con composiciones originales y con los que se estableciera una conexión que nos permitiera trabajar, grabar y hacer giras. Para no tener agente creo que nos hemos manejado muy bien porque tenemos objetivos similares: tanto en Europa como en Estados Unidos la gente realmente quiere a la banda”.
Con relación al proyecto que presentará en México, advierte que “es importante que la gente sepa que no por ser de una cultura debes pensar de una sola forma. Eso no es totalmente cierto: todos tenemos diferentes puntos de vista que tienen que ver con cuestiones como la justicia social. Nuestras composiciones tienen que ver con diferentes puntos de vista que nos han permitido tener un proyecto creativo fuerte que, en cierta manera, refleja la democracia y cómo colaboramos como personas”.
El saxofonista considera que bajo la presidencia de Donald Trump la situación se ha tornado difícil para los artistas. “Tal vez has escuchado que tomó el mando del Kennedy Center en Washington, D.C., una organización muy importante relacionada con las artes. Por supuesto que siempre es un problema que a alguien que dirige al país no le interese lo que se relaciona con las artes, pero el jazz, y las artes en general, siempre encuentran la manera de sobrevivir a pesar de la oposición política. Creo que después de cuatro años, el arte todavía estará aquí y, quién sabe, tal vez seremos más poderosos”.
Antes de dedicarse al saxofón, Wayne Escoffery quería ser terapeuta o psicólogo, aspiración que de alguna manera se cumple en su calidad de músico. “Ciertamente para mí la música es terapia —dice—. La necesito para funcionar, si no toco no me siento muy bien. Creo que los músicos proporcionamos cierto nivel de sanación a otras personas y, por ello, pienso que definitivamente es una forma de terapia”.
PCL