En todo proceso de selección hay polémica, sobre todo cuando los criterios se sostienen en la subjetividad de la lectura o de los gustos literarios. Ya pasó con la primera Bogotá 39, presentada en 2007, y lo mismo empieza a suceder con la segunda versión de esta lista que apuesta por mostrar a algunas de las voces menores a las cuatro décadas más interesantes en el ámbito latinoamericano y cuyo resultado en forma de libro apareció en estas semanas.
Ahora, el proceso estuvo encargado al colombiano Darío Jaramillo, a la argentina Leila Guerriero y a la mexicana Carmen Boullosa, quien ofrece una disección hasta crítica de una labor que, no por compleja, dejó de ser satisfactoria, porque “me aterrizó con la realidad de la nueva generación, me convirtió en su admiradora y me dio una dosis muy necesaria de optimismo: parece que todo está perdido, pero no”.
“Son lectores fantásticos y, por lo tanto, autores con mucho oficio. Tienen demonios propios, personalidades muy fuertes”, asegura en entrevista con MILENIO la narradora y poeta, quien al mismo tiempo reconoce algunas ausencias y vacíos, en especial de género, ahora que está a punto de aparecer en el mercado mexicano la antología de Bogotá 39.
“Me hubiera encantado que hubiera más mujeres en la lista final, subimos incluso el porcentaje de la lista propuesta, porque llegaron muy pocas propuestas de mujeres. Simpatizo con la irritación de las colombianas, porque no había una sola mujer; creo que hacen muy bien al alzar la voz y quejarse, pero no consideramos cuotas de género, sino otros criterios”, explica la escritora.
Los criterios eran la calidad, que se cubriese una extensión geográfica lo más amplia posible de América Latina y la diversidad temática. Hay 15 países representados, pero solo 13 mujeres de la listad de 39, lo cual “quiere decir que el medio literario y el editorial siguen evaluando menos a las escritoras”.
“No es que haya menos autoras, es que hay, sí, un menor respeto por la escritora. Creo que fue un error nuestro en el planteamiento original no intentar poner más mujeres, no estoy segura de que todos los miembros del jurado hubieran querido jugar con esa idea, y yo misma —acepto mi responsabilidad— no pensé en el criterio de género, agradezco la llamada de atención, porque creo que debieron haber quedado más mujeres”.
Sin amistad
De algunos países solo venía un candidato, de otros venían dos o tres, mientras de México y de Argentina venían un mayor número de propuestas, con lo que se aplicó el criterio de intentar cubrir a todos los países de los que llegó algo, “considerando que además países cuya industria editorial es más reducida y su poder de convocatoria resulta más estrecho”.
Por la parte mexicana, en la antología de Bogotá 39 se encuentran presentes autores como Gabriela Jauregui, Laia Jufresa, Brenda Lozano, Valeria Luiselli, Emiliano Monge, Eduardo Rabasa y Daniel Saldaña Paris; mientras de otras geografías están Juan Cárdenas, Liliana Colanzi, Carlos Fonseca, Alan Mills, Felipe Restrepo Pombo, Diego Zúñiga o Samantha Schweblin, todos ellos ya distribuidos en las librerías mexicanas.
“Lamento muchas ausencias, no puedo decir quiénes, pero hubo escritores que admiro y que no llegaron a la última discusión: no son gente que conozco, pero sí es a quienes he leído y a quienes aprecio y respeto. Son voces sólidas, fuertes, vigorosas, con muchas características únicas, aún me calienta el corazón de optimismo. Por supuesto no siento el mismo entusiasmo por todos, por suerte”, cuenta Boullosa.
Al hablar de los autores, la escritora se detiene en el caso del narrador ecuatoriano Mauro Javier Cárdenas, quien solo ha publicado una novela, en inglés, del que, dice, tuvo la suerte de que su editor le enviara las galeras antes de que apareciera publicada la obra. “Con eso te quiero decir que no tengo alguna amistad con ninguno de ellos, no escogí a mis amigos: elegimos a los que tenían más sólida trayectoria, obra interesante y ahí sí creo que mi criterio de género imperó, mas no lo suficiente”, concluyó Boullosa.
Bogotá 39 busca que sean editoriales independientes, en cada país, los que se encarguen de su publicación. Sin embargo, en México la distribución estará a cargo de la española Galaxia Gutenberg.