Con la cancelación de un timbre postal, la presentación de su obra, una ovación desbordada, y con las evocaciones a la figura de Vicente Rojo, se desarrolló el homenaje póstumo al artista en el Centro Cultural Estación Indianilla.
Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público, al lado de Elena Poniatowska, presidió la ceremonia de inauguración de la exposición Una trayectoria, una colección: Vicente Rojo, en el Museo Indianilla, conformada por 46 obras con las que el creador cumplió con sus obligaciones ficales, y que representan más de 50 años de trayectoria.
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En su último acto protocolario al frente de esa dependencia, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo nominara como gobernador del Banco de México, Arturo Herrera compartió el presídium con la viuda del artista, la escritora Bárbara Jacobs y su hijo Vicente Rojo Cama.
Herrera aludió a parte del discurso “Sueños compartidos” con el cual Vicente Rojo ingresó al Colegio Nacional: “con frecuencia y con razón se dice que quien no sabe hablar, lo mejor que puede hacer es permanecer callado yo lo hice durante los primeros 20 años de mi actividad profesional, hasta que en una ocasión una periodista que era compañera mía en la Revista de la Universidad me pidió una entrevista, consecuente con mis incapacidades me negué, pero ella mes a mes me hacía la misma petición. Le pregunté el motivo de su insistencia pensando que respondería algo así como que los lectores estaban deseosos de oír mis brillantes conceptos, o sobre mis fantásticas opiniones en torno a… Pero no fue así, mi ego no recibió los halagos esperados, sino que la periodista se limitó a decirme: ¿sabes? te insisto porque me pagan 600 pesos por entrevista y los necesito. Ante contundente razón acepté y desde entonces comparto las tareas de mis compañeros del periodismo cultural y correspondo lo mejor que puedo a su interés por mi trabajo”.
Al citar las palabras de Rojo, el secretario de Hacienda dijo que “la imaginación es una llama necesaria tanto para el artista como para el científico, pero estoy convencido pero que sólo se puede encender y echar a volar si se tienen los pies bien puestos sobre la tierra” y estas premisas sobre las cuales Vicente Rojo hace referencia al trabajo artístico y científico, le pareció que deberían ser también extendidas al trabajo de los servidores públicos.
“Me parece que tenemos aquí un ejemplo muy palpable de cuando la imaginación, esa llama a la que Vicente Rojo hace referencia, se deja libre, puede llegar a esto, al Programa de pago en Especie, que es un programa muy imaginativo muy creativo, en ese sentido realizado por Hugo B. Margáin, para permitir a los artistas cumplir con su obligación fiscal a través de su obra, al tiempo que el gobierno mexicano, el Estado mexicano podía hacerse de algún acervo".
Vicente Rojo, indicó, fue extraordinariamente generoso en muchas circunstancias, incluyendo con el tipo de obra que seleccionó para cumplir con sus obligaciones fiscales.
Herrera relató que, gracias a Juan Álvarez del Castillo, el 13 de marzo tuvo la oportunidad, junto con su familia, de visitar al maestro Vicente y a Bárbara en su casa, tres días antes de que muriera. Acudió para abordar temas que no tienen nada que ver con esto.
El funcionario compartió una anécdota que le platicó Vicente Rojo, porque desde su opinión ilustraba muy bien el tipo de persona que era: “Como muchos españoles venían huyendo de la España franquista, llegó si mal no recuerdo de 16 o 17 años, muy pronto encontró casa y refugio en este país, por alguna razón le tocó hacer servicio militar y contaba que llegaba a hacer el servicio militar y los militares les ordenaban que se tenía que formar por estaturas, pero apenas se daban la vuelta, todos se empezaban a juntar no por estaturas sino entre amigos a charlar, por lo que Vicente Rojo dijo 'este país donde la gente ni siquiera se puede formar por estaturas, este es el país en el que yo me quiero quedar'”.
Herrera relató que fue “una visita extraordinariamente y entrañable; a Vicente lo encontramos bien y habíamos quedado de volverlo a visitar en el taller. Por eso fue muy sorpresivo cuando falleció, tres días después de ese encuentro. Así es que me siento muy orgulloso de haber podido trabajar con todos ustedes, en hacer posible en tan sólo una semana, un homenaje muy merecido a Vicente Rojo".
Agradeció al Servicio Postal Mexicano por la cancelación del timbre postal y dijo que la obra que se seleccionó es una de las obras que posee en su acervo la Secretaría de Hacienda, con lo que este es un homenaje hecho con mucho cariño, con mucha admiración al trabajo de Vicente y a uno de sus mejores hijos aun cuando haya nacido en España.
PCL