Selma Ancira, la mexicana que mejor conoce a Tolstói

Luego de publicar un retrato íntimo del escritor ruso, basado en sus diarios y cartas, la filóloga y traductora trabaja en un retrato poliédrico del autor de ‘Guerra y Paz’

El autor ruso y su traductora
Editorial Milenio
Barcelona /

La filóloga y eslavista mexicana Selma Ancira acometerá en los próximos años el ambicioso proyecto de construir una biografía poliédrica de León Tolstói a partir del testimonio de escritores, pintores, políticos, amigos y familiares.

Ancira trazó ya un primer retrato íntimo del escritor ruso, que le tomó diez años, al publicar en México y España dos tomos de sus Diarios (ERA, 2001 y 2003; Acantilado, 2002 y 2003) y una caudalosa selección de su Correspondencia (ERA, 2005 y 2007; Acantilado, 2008). “Tenía la impresión de hacer un autorretrato, porque Tolstói siempre se autorretrata”, dice en entrevista.

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Selma Ancira Berney (México, 1956) es considerada la gran traductora de la literatura rusa al español, al haber publicado las obras de Marina Tsvietáieva, Pushkin, Gógol, Dostoievski, Bulgákov, Pasternak, Einsenstein y Osip Mandelshtam, entre varios otros, y haber recibido el Premio Nacional de Traducción en España (2011) y el Premio de Traducción Literaria en México (2012).

Hija del actor mexicano Carlos Ancira y de la escritora Thelma Berny, estudió filología rusa en la Universidad Estatal de Moscú y después hizo estudios de griego moderno y de literatura griega en la Universidad de Atenas.

[OBJECT]Selma Ancira, quien vive en Barcelona desde 1988, explicó que “todavía no se sabe cuántos libros integrarán este retrato colectivo de Tolstói, pero esta biografía en varios volúmenes completará la publicación en castellano de sus mejores obras, puntualiza.

“Se dice en Rusia que Tolstói escribió tres grandes novelas: Guerra y Paz, Ana Karenina y su propia vida, y estas obras que publicará Acantilado acercarán al lector hispanohablante a esa su tercera gran novela”.


Selma Ancira (EFE)

En la biblioteca del Museo Tolstói, ubicado en Yásnaia Poliana, la comunidad rural en el centro de la Rusia europea donde nació el escritor, 165 kilómetros al sur de Moscú, Ancira estuvo buscando testimonios de personas que lo conocieron, de personas que vivieron en esa casa, de gente que pasó aunque fuera un día con Tolstói, y “cada uno da una visión diferente en su faceta humana”.

El retrato colectivo comenzó hace unos meses con Así era Lev Tolstói (I), que incluye tres testimonios: el de Serguéi Petróvich Arbuzov, sirviente de su casa y con quien León peregrinó al monasterio ortodoxo de Óptina Pustyn; el del compositor Piotr Ilich Chaikovski, y el del periodista estadunidense George Kennan.

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El proyecto continuará con un segundo volumen que aparecerá en octubre, en el cul Ancira acerca al lector a la “figura poliédrica” del escritor a través de los recuerdos de Dushan Makovitski, médico de la familia; Ilyá Tolstói, el segundo hijo del escritor; el pintor Leonid Pasternak; el director teatral Konstantín Stanislavski; así como los escritores Alexandr Kuprín, Liubov Guriévich y Leonid Andréiev.

Ancira subraya que en Tolstói “ficción y realidad se entrecruzan” y pone como ejemplo que “en uno de esos testimonios, su esposa cuenta cómo se conocieron, cómo la cortejó, la semana de noviazgo y después la boda, y esa petición de mano que ella relata en sus memorias es la misma que Tolstói dibuja en Ana Karénina”.

[OBJECT]Stanislavski cuenta cómo Tolstói llegó a uno de sus ensayos teatrales; su hijo mayor, Serguei, relata la agonía de su padre; Leonid Pasternak, padre del escritor Boris Pasternak, habla de cómo iba recibiendo los capítulos de la novela Resurrección, su última novela, que fue publicando por entregas en el periódico Niva; y el pintor Ilyá Replin revela cómo hizo un retrato de Tolstói arando con caballos.

“Es como un mosaico en el que cada testimonio es una capa del conjunto que retrata el Tolstói vivo, no el Tolstói escritor”, resume Ancira.

La “sensibilidad artística” del autor de Guerra y Paz aflora en el testimonio de Chaikovski, que explica que al escritor se le saltaron las lágrimas cuando escuchó el andante de un cuarteto para cuerdas que había compuesto.

El Tolstói más social se encuentra en las páginas en las que el periodista estadunidense George Kennan, de visita a Yásnaia Poliana, le entrega el manuscrito que le habían entregado los presos políticos de Siberia para que denunciara las condiciones en que trabajan en las minas y en el penal del Transbaikal.

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Ancira, que puede desarrollar sus investigaciones gracias a la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte que otorga México, confiesa que se divierte con este trabajo.

“No sólo por la oportunidad de armar este rompecabezas, sino porque Tolstói es impredecible: estudia hebreo, aprende a los 66 años a moverse en bicicleta, estudia griego para leer a Homero, aprendió con un zapatero su oficio, como si tuviera que combinar el trabajo intelectual con el manual”.

*Con información de EFE

AG

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