Semana Santa, más que religión

En San Luis Potosí, desde hace más de 60 años, se realiza la Procesión del Silencio: una alegoría en la que se acompaña a la virgen María durante el tránsito de la pasión y muerte de Jesús.

Durante la noche del Jueves Santo, fieles y curiosos acompañan a la figura de Jesús y de la virgen María. Cortesía
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Hay territorios en el país donde se toman a las actividades de Semana Santa muy en serio, al grado de convertirse en una característica de ciertas ciudades o de regiones culturales, más allá de que en todo el territorio es una actividad fundamental dentro del calendario festivo.

La Procesión del Silencio, por ejemplo, se suele desarrollar en distintas partes del país, pero en las ciudades de Zacatecas o de San Luis Potosí ha encontrado ciertas características que la hacen un tanto distinta.

Y es que si bien en prácticamente en cada rincón de México se conmemora la fecha, con distintas actividades, hay entidades en las que forma parte fundamental de sus atractivos.

Como ejemplo, está Michoacán, donde se pretende combinar una serie de actividades culturales y de arte popular, con las propiamente religiosas.

San Luis Potosí

A lo largo de más de seis décadas, la Procesión del Silencio se ha consolidado como una de las actividades más importantes dentro de la conmemoración religiosa en San Luis Potosí, con una perspectiva que va más allá de lo puramente sagrado.

Por esa razón es que ya se trabaja en la elaboración del documento que permita presentar esta tradición ancestral ante la Unesco en busca de ser considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Y es que justamente esta tradición, que tiene mucho de la usanza sevillana, llegó a México con la orden de los Carmelitas Descalzos, hacia el siglo XVI, si bien “apenas hace 66 años comenzó a desarrollarse de manera tradicional en San Luis Potosí, en una actividad que nació netamente religiosa, pero que hoy día tiene un sentido mucho más cultural y, en especial, identitario para los habitantes de la ciudad de San Luis Potosí.

“Precisamente es la que tiene las 12 paradas y los cinco misterios, además de ser la única en el mundo que se hace completamente en silencio; incluso, ya se trabaja en la elaboración del expediente para registrarla ante la Unesco, al ser la más grande del país y la segunda del mundo”, a decir de Yara Nagore, directora de Turismo Municipal de San Luis Potosí.

Si bien el objetivo primordial de la Procesión del Silencio es acompañar a la Virgen María en la representación de la pasión y muerte de Jesús, en el camino solo se escucha el sonido de las saetas, como se conoce a un canto agudo que apuesta por llegar al corazón de los asistentes.

Religión y turismo

“Tradiciones Potosinas es el nombre de la asociación que se ha encargado de desarrollar la Procesión del Silencio desde hace 66 años, y la que encabeza el registro: alrededor de 300 personas se caracterizan para la procesión, participan casi 30 cofradías, lo que hace emotivo el recorrido”.

Alrededor de la actividad gira un programa artístico y cultural, organizado sobre todo como un acompañamiento de la actividad, en palabras de Yara Nagore, donde además del Altar de Dolores se llevan a cabo conciertos de música sacra o de cante flamenco.

Toda una semana en San Luis Potosí, arriban a la capital potosina cerca de 160 mil visitantes, a la espera de la Procesión del Silencio, que se desarrolla el Viernes Santo, alrededor de las 19 horas, desde el Templo de El Carmen.

Michoacán: fiesta y colorido

En la organización de las actividades en Michoacán hay una gran participación de las comunidades y se integran sectores como la cocina tradicional, que antes no se veía, y ahora siempre está presente la gastronomía, lo mismo en la Procesión del Silencio, en Morelia, que en la salida de los espías y penitentes, o la procesión de Cristos de pasta de caña en Tzintzuntzan. Todo esto hace que se viva de una manera distinta el entorno a una celebración: música, olores, colores y sabores, enmarcan la Semana Santa en Michoacán.


LAS MÁS VISTAS