Sigo leyendo como un niño: Élmer Mendoza

El escritor sinaloense es famoso por sus novelas negras que abordan el narcotráfico.

El prolífico escritor sinaloense tuvo una charla en La Casa Universitaria del Libro en donde habló acerca de su faceta como lector.

Sus inicios como lector incluyeron encontrarse con "20 mil leguas de viaje submarino", de Julio Verne. (Especial).
Adín Castillo
Monterrey /

Élmer Mendoza habla con su auditorio de la misma manera en que dice que le gusta leer: relajado. "Sigo leyendo como un niño", explica el prolífico escritor al tiempo que recuerda y parece añorar sus primeras lecturas.

La Casa Universitaria del Libro organizó una charla en la que el sinaloense, famoso por sus novelas negras y que abordan el narcotráfico, habló acerca de su faceta como lector.

De acuerdo a Mendoza, quien hiciera famoso a su personaje Edgar "El Zurdo" Mendieta, existen varias facetas de lector, dependiendo del objetivo que se tenga con realizar una lectura.

Leer como niño, dice Élmer Mendoza, es lo que no le pone emociones a las trabas, sino que se deja llevar. Su principal objetivo no es el estudio o el descubrimiento de los secretos del autor.

"Yo pienso que sigo leyendo como un niño, como leí la primera vez, no leo como que estudié letras o como que pudiera hacer un trabajo de crítica, yo lloro y me río, me pongo de pie y digo 'no puede ser'", explica.

Sus inicios como lector incluyeron encontrarse con "20 mil leguas de viaje submarino", de Julio Verne, un libro que le marcó, pues no podía creer todo lo que pasaba en una historia.

Cuando entró a la carrera de Literatura Española, en la UNAM, se dio cuenta que era diferente de muchos de sus compañeros. Uno de ellos, le cuestionaba por qué sólo le gustaba leer novelas.

"Él me daba libros, yo lo agarraba y 'un fantasma recorre el mundo, el fantasma del comunismo', qué hueva, no era algo que me interesara, ni me interesa", dijo.

En su niñez se encontró también incluso con un grande de la literatura, "Don Quijote de la Mancha", de Miguel de Cervantes, libro que le sorprendió porque se topó con algo que jamás había visto. Alcanzó a leer alrededor de 14 capítulos antes de que el libro se perdiera.

"Con el Quijote me topé al antihéroe, creo que es en el capítulo tres donde le dan a Quijote una golpiza que lo obliga a regresar a su pueblo, era cuando todavía no iba con Sancho... yo estaba acostumbrado a que el protagonista ganara", recuerda Élmer.

Además de la lectura 'como niño', Élmer menciona que exista la lectura más a conciencia, la que tiene un fin. Con la gran obra de Cervantes, Élmer realizó una lectura en la que intenta descubrir los secretos de su técnica literaria, y así lo hace con muchas lecturas.

"Dentro de la formación uno tiene que leer con otro tipo de atenciones, tratando de descubrir los recursos de los otros, es como en el boxeo, si yo voy a enfrentar a un rival, tengo que estudiarlo, por qué tira un jab mucho con la izquierda o con la derecha, entonces los escritores tenemos nuestros secretos y que los expresamos en nuestra literatura", comenta.

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