La Casa Mudéjar es considerada como uno de los valores arquitectónicos y artísticos más importantes de Torreón y es por ello que el gobierno municipal ha puesto en marcha su restauración.
Ubicada en la calle Ildefonso Fuentes entre las avenidas Matamoros y Allende, esta propiedad se mantuvo durante años en abandono por lo que sufrió graves daños ocasionados por la humedad y la falta de mantenimiento, los cual afectó diversas áreas, principalmente sus techos.
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Antonio Loera, director de Servicios Administrativos del Ayuntamiento, informó que la casa fue reforzada para asegurar la estructura del inmueble histórico que data de 1907, iniciando una restauración que consideró cuidadosa, para restituir la dignidad arquitectónica.
Las autoridades municipales a través del área de comunicación social del Archivo Municipal Eduardo Guerra, informó que a la fecha se ha restaurado la fachada, reponiendo piezas de cantera que faltaban o se encontraban rotas. Asimismo se reparó la instalación eléctrica y se ha dado mantenimiento a las vigas de madera.
Asimismo el Archivo Municipal Eduardo Guerra apoya en esta intervención al proveer con información de la casa y su archivo fotográfico, que sirve de referencia para la restauración.
ARQUITECTURA DE VALÍA
La Casa Mudéjar fue construida por Alberto Álvarez García en 1907.
Originario de Jalisco, se establece que realizó un recorrido por España y quedó impresionado por la arquitectura árabe, motivo por el cual se propuso edificar en Torreón, en la calle Ildefonso Fuentes, una construcción que reuniera las características estilo mudéjar, según lo constata el libro 'La Casa Mudéjar' de Homero del Bosque Villarreal.
Siendo médico, Álvarez García estableció su consultorio en esta propiedad de dos pisos, que contaba con un zaguán en la parte baja, en el extremo sur.
Terminando el zaguán se abría un patio en cuyo fondo había habitaciones para distintos usos, en tanto que en el segundo piso había hasta seis cuartos cuya parte exterior, daba a un pasillo cubierto con alero de teja estilo andaluz.
La casa cuenta con ventanas con arcos de herradura ornamentados, un pórtico con columnas en el acceso principal, cristalería de colores y azulejos en el interior. Tenía una recámara principal con un amplio balcón al frente.
El inmueble a la muerte del doctor Álvarez, fue vendido a José de Ávila en 1924. Después funcionó como oficinas del registro Público de la Propiedad y el de Minería, fue papelería, librería con venta de artículos escolares, y después la casa se fue deteriorando.