Blogs y 'booktubers': sin paga y porque sí

Cosas de niños

A partir de la popularización de internet, han aumentado los canales alternativos para hablar de libros, editoriales y autores que se dedican a la LIJ.

En pantalla, Alberto Villarreal, uno de los primeros 'booktubers' en saltar a la fama. (Foto: Paula Vázquez Córdova)
Raquel Castro
Guadalajara /

Ayer, en esta columna, hablamos de las revistas dedicadas a reseñar, criticar y recomendar Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), de las dificultades que enfrentan, que son sobre todo financieras y administrativas. Pero las revistas y boletines no son la única opción para compartir el interés en los libros, editoriales y autores que se dedican a la LIJ. De hecho, con el paso de los años, y sobre todo a partir de la popularización de internet, han aumentado los canales alternativos para hablar de estos temas.

​Y es que el uso de la red ha ayudado a darle la vuelta a al menos algunos de los obstáculos más grandes de las publicaciones en papel: la cuestión económica, por supuesto, pero también la necesidad de contar con un equipo numeroso (algo que puede incidir en la cuestión económica cuando se les tiene que pagar a todos; pero que incluso cuando se trata de voluntarios es un asunto complicado). Así, entre fines de los años noventa y la actualidad, han surgido multitud de proyectos relacionados con el mundo de los libros infantiles y juveniles, en los entornos más variados y con las características más diversas. Probablemente los más conocidos son los blogs: páginas web personales, casi siempre alojadas en sitios gratuitos, muy fáciles de personalizar y de actualizar, en las que generalmente una sola persona se dedica a escribir sobre sus temas de interés. En el caso de la blogósfera literaria, y quizá debido a que, en su mayoría, los responsables de esos blogs eran personas muy jóvenes, la literatura juvenil se convirtió en uno de los temas más populares. Y a pesar de que, en general, la popularidad de los blogs ha disminuido con los años, la comunidad de lectores que reseñan sus libros juveniles favoritos sigue en activo. Por lo común, la fórmula de estas bitácoras electrónicas consiste en lo siguiente: la imagen de portada, el texto de la contraportada, una opinión personal sin spoilers (y si va a tenerlos, con una advertencia) y una calificación, casi siempre con una base de 5 (estrellas, palomitas, etcétera). Sería injusto mencionar solo unos cuantos blogs, ya que hay muchos en activo, y en los que, con el paso de los años, sus autores han desarrollado un alto nivel de calidad; pero para no dejarlos sin el ejemplo mencionaré uno solo: Mi mundo de libros, de Yesenia Correa, que está en activo ¡desde 2010! Este blog lo encuentran aquí y de ahí pueden partir para conocer muchos más, ya que una característica importante de las bitácoras es la interrelación con bloggers afines. Por cierto: en este no solo se encontrarán con casi diez años de reseñas, entrevistas a autores y recomendaciones. Además, Yesenia organiza, junto con algunas otras blogueras, diversas dinámicas y actividades para animar a más gente a leer literatura juvenil, y particularmente a leer a autores y autoras de México.

Con el éxito de YouTube surgió un fenómeno a la vez parecido y distinto a los blogs: Booktube, que consiste en hacer las recomendaciones en videos cortos, de edición casera pero ágil y desenfadada, con un lenguaje natural y divertido. Quizá los booktubers mexicanos más famosos sean Fa Orozco y Alberto Villarreal, que fueron, además, de los primeros en saltar a la fama; pero lo hermoso de este movimiento es que ha permitido que muchos, muchísimos adolescentes se acerquen no solo a los libros sino a personas afines a ellos. Por mencionar solo un fenómeno, quisiera recomendarles al colectivo Libros B4 Tipos, que es un grupo de booktubers que decidieron promover la lectura de autoras. Cada una de las chicas de Libros B4 Tipos tiene su canal en YouTube y su trabajo “en solitario”, pero además se reúnen para proponer lecturas conjuntas, debates, intercambios y más.

Después de los blogs y los videos llegaron las redes sociales, actuales reinas del internet. Hay redes especialmente dedicadas a hablar de libros, como Goodreads (para quien no lo conozca, es como un Facebook que gira en torno a los libros que se han leído o se desean leer, con críticas hechas por los propios usuarios), pero también han surgido reseñistas en medios previsibles, como los podcasts (que, a fin de cuentas, son radio por internet) y en otros tan inusuales como Instagram (pueden buscar con el hashtag #bookstagram) y hasta en grupos semiprivados en Whatsapp.

Lo que todos estos tienen en común, independientemente de la plataforma, es que se trata de lectores muy jóvenes que hablan de libros por gusto y desde el gusto. Sin paga y porque sí.

ÁSS

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