Sobradas son las capacidades musicales de Faustino Díaz, quien domina trompeta, trombón y tuba. Si por un tiempo fue desdeñado por las autoridades culturales cuando pretendía ganar una beca para continuar sus estudios en el extranjero, su situación cambió a partir de 2013, al convertirse en el primer trombonista latinoamericano en ganar el Concurso Internacional de Trombón, en Jeju, Corea.
Desde entonces su trayectoria ha sido meteórica, con invitaciones para tocar con las principales orquestas de México y de varios países de Europa y Estados Unidos. Actualmente es trombonista del reconocido Meridian Arts Ensamble en la ciudad de Nueva York y trombonista en la Orquesta Sinfónica del Estado de México.
Constantemente toca con La Dinastía Díaz, grupo cuyo repertorio va de la música popular al jazz, pasando por temas tradicionales oaxaqueños, además de impartir más de 100 clases magistrales al año, dar más de 50 conciertos o recitales anuales.
Faustino, quien proviene de una familia de músicos del municipio de San Lorenzo Cacaotepec, Etla estrena hoy a las seis de la tarde, en el Centro Cultural Ollin Yolliztli, la Sinfonía concertante de David Hernández Ramos con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México.
La obra tiene la peculiaridad de que las partes solistas, para tuba, trombón y trompeta, deben ser tocados por el mismo intérprete. Léase: el talento de Faustino Díaz.
Sí existen obras para tres instrumentos solistas, dice el músico en entrevista, “pero siempre son para tres personas diferentes. En este caso, los instrumentos deben ser tocados por el mismo solista. Creo que no hay ninguna pieza en la historia de la música con estas características”.
Sinfonía concertante, agrega, “es una obra que tiene momentos muy melódicos y momentos muy virtuosos. Estudiarla ha sido para mí un trabajo muy demandante, un reto muy difícil. La obra explora las características virtuosas de los instrumentos lo que la hace muy difícil de montar”.
Para Díaz, la sinfonía tiene un lenguaje propio: “no creo que sea ni nacionalista o se decante por un estilo en particular, sino el lenguaje de Hernández Ramos, lo que la hace mucho más interesante".
Hernández Ramos afirma que su sinfonía inicia “con un movimiento muy abstracto, que no evidencia referencias musicales, mientras el segundo tiene una referencia a la música procesional de bandas de España que tocan saetas, pero de manera muy estilizada. El último movimiento pretendía ser un homenaje a Otto Dix, pero no tenía que ver con las características de la obra del pintor. Lejos de irme a la parte dramática de Dix, se volvió una música más irónica, de ahí el título: Breve alegoría de la dicha”.
Y ADEMÁS
SECTOR OLVIDADO
Faustino Díaz considera que “si hay un sector de los músicos que está más olvidado que los demás en este país es el de los compositores. Por eso me parece muy importante el estreno de obras como la Sinfonía concertante”.