Del blues a la música de concierto, la propuesta sonora del guitarrista Steve Hackett no conoce fronteras. Su devoción por el instrumento la ilustra entre risas con una frase que le escuchó a Keith Richards: “Si pudiera, me casaría con una guitarra”.
Desde la adolescencia le ha dedicado su vida a la guitarra. Integrante de la alineación clásica de Genesis, que incluía a Peter Gabriel, Tony Banks, Mike Rutherford y Phil Collins, con Steve Howe desarrolló el grupo GTR. Su carrera solista, iniciada en 1975, ha transitado por el rock progresivo, el pop, la música del mundo, el blues y hasta el repertorio de la guitarra clásica.
La guitarra ha sido su pasaporte para tocar en diversas partes del mundo, dice Hackett en entrevista telefónica previa a su presentación en el Auditorio Blackberry de Ciudad de México el 1 de marzo.
“Todos los días toco la guitarra y se vuelve una experiencia trascendental, me permite salirme de mí mismo”, dice a MILENIO.
Músicos de diversos géneros fueron importantes en la formación de Hackett: “Hubo muchos: en la música clásica diría que Bach y Stravinsky, pero también Chopin. En el rock and roll y el blues es importante la habilidad para tocar e improvisar. Me gustan muchas cosas: de Howlin’ Wolf a Miles Davis”.
¿Cómo describirías tu estancia en Genesis?
Estuve como seis o siete años. Éramos casi una banda escolar cuando empezamos, y terminamos tocando en estadios. Pasamos por clubes, colegios, salas de concierto y finalmente grandes foros. Es una parte importante de mi vida, crecí en esta banda y la pasé de maravilla trabajando con grandes compositores y músicos. Allí aprendí a hacer música, a trabajar con otros y a entrenarme para mantener el elemento sorpresa.
¿Cuál fue la diferencia entre Genesis y GTR?
Aunque ambas bandas empiezan con la letra G, la principal diferencia es que con GTR ya tenía la experiencia de haber estado en una banda y también haber empezado una carrera solista. En ella trabajé con Steve Howe, que ya contaba con la experiencia y el éxito con Yes y luego Asia. Alcanzamos el éxito con el disco GTR y con el sencillo “When the Heart Rules the Mind”. En mi concierto en México tocaré cosas de mi carrera solista y luego de Genesis, música que va de 1971 a 2017.
¿Cómo aprecian la música de Genesis las nuevas generaciones?
Es curioso porque en 1973 John Lennon dio una entrevista en Nueva York y dijo que en esos días estaba escuchando a Genesis. Eso nos hizo sentirnos muy orgullosos. Peter Gabriel y yo estábamos muy orgullosos. Mucha gente joven empieza a escuchar la música desde los Beatles, y Genesis tiene también esa cualidad atemporal. A los músicos les interesa mucho el grupo, muchas veces son clásicos y también rockeros. Es una música muy bien escrita. Si sobrevive es, sobre todo, por la forma en que está compuesta.
Cierta música tiene un poder especial…
Un doctor muy famoso, Oliver Sacks, escribió libros maravillosos en los que hablaba de gente que por problemas neurológicos no podía moverse. Una de sus pacientes estaba prácticamente congelada y únicamente se movía cuando escuchaba música que la emocionaba. Eso es un ejemplo de su uso medicinal, mágico, curativo, todo eso. La música es muy poderosa, sin duda.
¿La música de tendencia progresiva —puede ser cualquier género— tiene algún influjo social?
Sí puede tener importancia social. A través de las letras puedes mostrar preocupaciones sociales o políticas. Lo progresivo es inclusivo: pueden ser canciones de amor o un comentario social. La música es una herramienta muy poderosa porque no hay reglas. Por ejemplo, la pieza más corta que escribí para Genesis, “Horizons”, dura 90 segundos, pero la siguiente “Supper’s Ready”, es de 23 minutos. La música es completamente flexible, como Bruce Lee y su forma de acercase a las artes marciales. Todo es flexible, inclusivo, fluido…
¿Cómo describes tu estilo?
Tengo el influjo de músicos de hace cientos de años hasta Jimi Hendrix, así que se hace difícil describir mi estilo, excepto que disfruto todo ese espacio para la guitarra. He experimentado con la electrónica, pero, al mismo tiempo, me gusta trabajar con orquestas, así que he hecho varios álbumes en los que participan. Algunas cosas son rock clásico, pero lo que mejor hago es una música inclusiva, una verdadera colisión de diferentes estilos y escuelas, una especie de acercamiento a todos los géneros.