La espera habrá terminado el próximo jueves. Por fin los amantes de la naturaleza y de los animales podrán disfrutar la presencia de los mapaches de playa Miramar, pues la playa reabre sus puertas tras una pausa de siete meses obligada por la pandemia de covid-19.
Propios y extraños gozarán nuevamente ese espectáculo poco habitual que ofrece dicha fauna al convivir con los paseantes en las escolleras y tomarse la tradicional selfie.
Y es que los mamíferos se han convertido en uno de los grandes atractivos de la joya turística de Tamaulipas e ícono de Ciudad Madero. Vacacionistas nacionales como extranjeros se han encargado de difundir a través de las redes sociales su tierna forma de relacionarse con quienes acuden a divertirse a la playa.
Esta endémica especie que vive normalmente en los bosques ha tenido que abandonar el que fuera su hogar y mudarse a las escolleras debido al crecimiento urbano del sur de Tamaulipas.
Adriana Carolina Infante Pacheco, cronista vitalicia de Ciudad Madero, señala que los mapaches en los últimos años se han congregado en la playa debido a que se han invadido sus espacios, sin embargo, han sido muy bien recibidos por los paseantes.
Al paso del tiempo estos animalitos han alcanzado una gran popularidad entre la población, de tal manera que muchas personas ya esperaban la reapertura de Miramar para poderlos alimentar.
Hortencia Ruvalcaba Infante, presidenta del Patronato de Protección y Preservación Mapache Miramar, comenta que la especie se vio afectada por la crisis sanitaria ya que al cerrarse la playa no hubo paseantes que los alimentaran.
“Como no había gente en playa Miramar, nos dimos a la tarea de redoblar esfuerzos para llevarles alimento que usualmente consiguen con la generosidad de turistas”.
Alimentarlos en esas condiciones no fue sencillo ni barato. La agrupación llevó diariamente hasta 130 litros de agua y 120 kilos de alimento combinado entre croquetas, tortillas y galletas, representando un gasto superior a los 4 mil pesos semanales.
Autoridades les permitían ingresar todos los días a realizar su labor sin necesidad de tramitar permisos especiales.
El grupo tiene el apoyo de un veterinario que de manera gratuita brinda sus servicios para la atención de la vida silvestre y otorga precios bajos cuando se trata de mascotas. Para ayudarse en su labor, los defensores de mapaches realizan actividades como vender comida, hacer rifas u ofrecer artículos con su imagen, como los cubrebocas que han sido la sensación en la zona.
Pero no están solos en esa lucha
La Comunidad de Amigos Mapaches, Raccoon Garage Tampico MX se ha dado a la tarea de redoblar esfuerzos en la colecta de alimentos que inició el 25 de septiembre y terminará el próximo 25 de octubre. Todo lo que reúnan será entregado al Patronato de Protección y Preservación Mapaches Miramar, A.C. por lo que invitan a la ciudadanía a poner su granito de arena y contribuir en esta noble causa.
Hortencia Ruvalcaba afirma que se está teniendo una buena respuesta por parte de la sociedad civil para sumarse a esta labor, lo que significa para ellos esperanza y aliento.
“Hay personas de buen corazón que se han acercado para apoyar a estos animalitos, pero hay que redoblar esfuerzos para que se consigan más alimentos que ayuden a mantenerlos bien nutridos”.
La comida que se recibe es distribuida entre la población de mapaches que están en las escolleras de Miramar y que no han dejado abandonados.
Beneficia el comercio
Juan Carlos, comerciante informal, menciona que tanto él como sus compañeros que desarrollan su actividad en las escolleras se han visto beneficiados con la presencia de los mapaches pues la gente les compra frituras para poder alimentarlos.
“Los mapaches ya se acostumbraron a comer frituras, se ven muy lindos, las familias que acuden les dan en la mano y mientras lo hacen se toman fotos”.
Son muy dóciles y cariñosos, y si bien no pueden las personas abrazarlos, disfrutan el simple hecho de verlos jugar y tomarse una foto para el recuerdo. Pasaron siete meses sin poder hacerlo, pero la buena noticia es que la espera habrá finalizado muy pronto con la inminente reapertura al público de la playa Miramar y con ello su “hábitat”.