Traer contigo a Van Gogh, Dalí, Monet, Khalo, Varo o Rembradt, o una imagen que solo tú puedes imaginar, es obra de la diversificación de las expresiones artísticas, tener el arte en un bolsillo.
Desde hace años, los etiquetas cambiaron para algunas de las bellas artes, la virtualidad provocó que se expandieran sus posibilidades; hoy la arquitectura, la danza o la escultura se muestra en 3D en una pantalla de ordenador, la música es aleatoria, y la pintura viaja por redes sociales.
Así lo entendió hace unos años Paola Gutiérrez, artista plástica radicada en Monterrey quien por curiosidad, combina su pasión por la pintura y el dibujo convencional, a la digitalización, la intervención de objetos y la posterior merca de estos.
Instagram ha sido suficiente
Cautivada por la pintura desde pequeña, ya con algunas creaciones en su haber comenzó a difundirse en Instagram. Poco a poco comenzó a ganar terreno.
“En 2017 comencé a publicar mi trabajo en Instagram, creé un portafolio para mostrar lo que hacía y pues le fue gustando a la gente”.
Sin embargo la exposición de sus pinturas se han quedado en la plataforma virtual, lo comparte, lo muestra y lo ha logrado comercializar por ese medio, y pese a que le gustaría llegar a presentarlo de manera física, en una galería, Instagram ha sido suficiente.
Un arte aún muy personal, que en muchas ocasiones con citas propias o poesía, complementa el mensaje de la obra;
“Estas expresiones son lo que siento, muy mías”.
Arte de bolsillo
Ya estando en IG y con seguidores, llegó la oportunidad de comercializar sus creaciones interviniendo objetos.
“Ya con mis publicaciones en Instagram un día una amiga me dio la idea de pintar una funda de celular y pues me gustó el resultado”.
Desde ahí nació Muy Mío Mx, su empresa virtual, la cual comenzó a expandirse rápidamente generando un negocio en torno al arte. No es lo común, porque reconoce que no es propiamente su obra, pero puede empatizar con las ideas de las personas.
“No es que Muy Mío sea tan mío, no de Paola, sino de quien quiere algo diferente, eso es muy padre, lo que ellos quieran crear, lo que se imaginen, yo lo puedo pintar”.
Sus productos, desde tenis, bolsas, llaveros, pueden tener arte pop, urbano o abstracto, con todas las propiedades de la pintura convencional, llegando sin problemas a diversas partes del país.
“Lo llamo arte de bolsillo, y gran parte del éxito es que a la gente le gusta el trato personalizado, que ellos al final lo pueden imaginar y ver”.
Entre la diversificación y lo clásico
Además del arte de bolsillo, Paola también se ve desde la otra faceta de artista sui géneris. Aunque, como comentaba antes, aspira a que en algún momento pueda mostrar su trabajo en una galería, aunque hasta el momento Instagram ha sido suficiente, sin embargo también le gustaría incursionar en la creación de murales o tatuajes.
“Los nuevos artistas son muy versátiles, pueden expresarse de muchas maneras y eso me llama mucho la atención"