Tango Mortale se presentará en el Centro Nacional de las Artes

El dúo interpretará obras de Astor Piazzolla, Luis Bacalov, Arturo Márquez, Alberto Núñez Palacio y César Olguín.

César Olguín y Astrid Cruz comenzaron este proyecto en 2019. (Foto: Ochoa | Fariña)
Ciudad de México /

Experimentador del tango, el bandoneonista César Olguín ha trabajado los últimos años a dueto con la violista Astrid Cruz en el proyecto de peculiar nombre: Tango Mortale, que tiene que ver con un ensamble alemán de piano y violonchelo que escuchó en los años 80 y que en su repertorio tenía una pieza llamada así.

Trabajar a dueto con músicos de diversos géneros ha sido una constante en la carrera del bandoneonista, “formato en el que se puede hacer algo en concreto, porque en un grupo se vuelve un poco complicado —dice en entrevista—. En el caso de Astrid ha sido muy grato y curioso, porque en el tango no ha habido un dúo de estas características, pensando en que la viola siempre es un instrumento un poco marginado. Es curioso que aunque ella no pertenece a la cultura del tango se haya interesado por esta música, porque el dúo se formó por su iniciativa”.

Olguín califica a la violista como una “intérprete muy talentosa, lo que nos ha permitido ensayar, tocar y, sobre todo, sobrevivir a la pandemia. Empezamos en el 2019, grabamos nuestro primer y hasta ahora único disco, tuvimos algunas presentaciones en Ciudad de México, después fuimos a Cancún y Morelia. Haber sobrevivido a la inactividad presencial nos coloca en un lugar de cierto mérito”.

Para el bandoneonista que ha hecho duetos con instrumentos como el violonchelo, el piano, el saxofón y el violín es muy grato trabajar en Tango Mortale porque le permitió acercarse a la viola. “Este proyecto me permitió descubrir de manera directa un instrumento muy interesante, porque se encuentra en una tesitura media que casi tiene que ver con la voz humana. Todos los instrumentos son hermosos, pero en el caso de los instrumentos de cuerda frotada me parece que la viola y el chelo tienen su particularidad”.

El dúo cuenta en su repertorio con una treintena de obras para bandoneón y viola del bandoneonista, así como sus adaptaciones a piezas de Astor Piazzolla, Rodolfo Mederos y Daniel Binelli, Carlos Gardel y Aníbal Troilo.

En el caso de sus composiciones, Olguín afirma que “tienen una gran influencia de Piazzolla, porque para quienes estamos en este género, y mucho más los que tocamos el bandoneón, es muy difícil escapar a su influjo. Mis composiciones tienen una tendencia bastante piazzolliana: quisiera no imitarlo, pero a veces es inevitable”, dice entre risas.

De cuando se inició el proyecto hasta ahora, el estilo de la violista proveniente de la música de concierto ha cambiado sustancialmente, advierte Olguín. “Al trabajar con músicos que se han formado dentro de los conservatorios y que pertenecen a agrupaciones orquestales que tienen características muy del clasicismo, se necesita cierta suciedad, cierta rusticidad para tocar el tango. Esto no le quita mérito a la delicadeza de la música clásica, no, pero para tocar el tango, el jazz o el flamenco, se necesita mierda, como se dice en Argentina. En ese aspecto ha aprendido a entender esa diferencia, porque esa rusticidad en nuestro género es una virtud. Ha cambiado sustancialmente su manera de tocar”.

Los integrantes de Tango Mortale se conocieron en un concierto de la Orquesta de Cámara Bellas Artes (OCBA) a la que Olguín había asistido como músico invitado y ella se acercó a plantearles la posibilidad de tocar juntos. “Fue el universo el que nos conectó justo en el momento preciso porque nos teníamos que encontrar en nuestras vidas —dice Astrid con una sonrisa—.

Apasionada del tango “por la libertad y la pasión que expresa”, la violista explica que “la empatía entre los dos instrumentos es muy rica, se complementan, como si estuvieran hechos el uno para el otro. Ha sido para mí muy natural tocar el tango, si no lo hago bien César me regaña —dice con una carcajada—. En general siempre me gusta estar atenta, escuchar y aprender. Para mí ha sido muy lindo tocar a Piazzolla en la viola, y también me gusta todo lo que compone César. Nuestro repertorio brinda nuevas posibilidades para crear”.

Para ella “tocar a dúo es exponerse y compartir en ese espacio lo que tienes dentro como músico. No hay diferencias generacionales, la música es un lenguaje común. Para comunicarte no necesitas ni siquiera hablar el mismo idioma, eso es maravilloso. En Tango Mortale nos estamos comunicando todo el tiempo”.

Acompañado por una orquesta de cámara, Tango Mortale se presentará en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes el sábado 17 de diciembre a las 18:00 horas. El programa incluye obras de Astor Piazzolla, Luis Bacalov, Arturo Márquez, Alberto Núñez Palacio y César Olguín.

PCL

  • Patricia Curiel
  • patricia.curiel@milenio.com
  • Estudió Comunicación y Periodismo en la UNAM. Escribe sobre arquitectura social y el trabajo de las mujeres en el campo de las artes. Cofundadora de Data Crítica, organización de investigación periodística que produce historias potenciadas por análisis de datos.

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