Tejer textiles y nazas, una tradición que se mantiene en Durango

Ruth Alejandra Rodríguez Soria aprendió el oficio de confeccionar prendas de lana gracias a su padre.

Tejer textiles y nazas, una tradición que se mantiene en Durango. (Manuel Guadarrama)
Lilia Ovalle
Torreón, Coahuila. /

Aunque vive en la zona urbana de Gómez Palacio, Ruth Alejandra Rodríguez Soria aprendió el oficio de confeccionar prendas de lana gracias a su padre, quien a su vez aprendió del suyo, originario de Zacatecas.

La joven dijo que para preservar la tradición se requiere de dedicación y paciencia puesto que el pelaje del borrego llega en bruto y hay que iniciar un proceso de lavado en varias ocasiones y luego pigmentar la fibra, sin descartar el diseño y confección de la prenda que se realiza en telar.

Lo mismo indicó Marco Antonio de la Rosa Pérez, originario de Nazas, Durango, quien realiza la tradicional red de pesca que es signo de identidad de este municipio, así como lámparas y otros productos que realiza de manera artesanal.

“Me aventé el recuerdo de Nazas para levantarlo más. Una artesanía como esta Nasa lleva su tiempecito porque en primero hay que conseguir el material, hay que limpiarlo, quitarle cáscara y todo eso. Esta es de tarays y mimbre que los conseguimos en la parte del río Nazas. Luego hay que elaborarlo, lo corta uno de varita por varita”.

¿Cómo se hace?

El material que utiliza se corta, pela y hierve para luego dejarlo descansar unos días al sol, pero Marco Antonio puede dedicarle un par de horas al tejido de la nasa. La pieza terminada puede costar 400 pesos. Por mayoreo y con un tamaño pequeño, la pieza puede tener otro valor puesto que las nasas, como símbolo de la región, se puede llevar incluso como llavero.

“Nosotros hacemos lámparas, nosotros les decimos candiles porque se le pone el foco, lleva su adorno alrededor, unas cadenitas, una cosa bonita, y lo elaboramos. Yo me animo a hacerle cualquier cosa con este material porque aprendí desde niño, es herencia de mi padre. De la familia él fue el que lo siguió”.

Por su parte Ruth Alejandra dijo que su pieza es un gabán de lana y que todo el proceso requiere de paciencia porque la lana ya no se consigue como antes.

“Mi abuelo tenía sus borregos y él mismo los trasquilaba y procesábamos la lana pero ahora es por fuera; ya nada más es cuestión de que cuando nos traen la lana, nosotros la procesamos, igual se lava, se mete a la máquina y otra vez se vuelve a lavar, y dependiendo de las piezas vamos a pintar, en eso mi papá me ayudó”.

Don Gustavo Rodríguez, padre de Ruth, comentó que él le enseña aún a su hija porque es laborioso el oficio. En el caso de la pieza que presentó su hija dijo que como artesana se llevó quince días en la confección del gabán que tiene un diseño moderno.

“Es por el proceso que lleva, desde el corte de la trasquila y hasta el tejido en el telar, todo es manual. El diseño de la prenda fue de ella y le dedicó cada dos semanas. Todo se hace en un telar, pero eso viene desde mi papá que era oriundo de Zacatecas y llegó cuando Gómez empezaba. Él se enseñó, me enseñó a mí y a mis hermanos, pero yo ya soy de Gómez Palacio”.

EGO

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