En el museo de Arte de Tel-Aviv se descuelgan las obras para protegerlas en una caja fuerte subterránea frente a la amenaza de un ataque de Irán contra Israel, al que acusa de haber asesinado al jefe de Hamás a fines de julio en Teherán.
En la gran sala de exposiciones del museo, se ven ahora vacíos los muros blancos.
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Los Picasso, Rembrandt o Kandinsky han sido trasladados a los sótanos, algunos desde las primeras semanas de la guerra entre Israel y Hamás iniciada el 7 de octubre tras el ataque del movimiento islamista palestino en territorio israelí.
Y desde hace unos días, "cuando la nueva amenaza del Hezbolá y de Irán está sobre la mesa, comprendimos que debemos tomar precauciones", dice a la AFP la directora del museo, Tania Coen-Uzziell.
"Descolgamos otras obras" del museo situado en pleno centro de Tel-Aviv, que posee 10 galerías con una superficie total de 18 mil metros cuadrados.
"Somos los guardianes de esas obras de arte importantes que sobrevivieron muchas de ellas a la Segunda Guerra mundial. Es importante conservar esos tesoros para la próxima generación", insiste Coen-Uzziell.
"Mucho miedo" de los cohetes
Las "obras más preciosas" fueron protegidas tras el ataque del 7 de octubre, que causó la muerte de mil 198 personas, según cálculo de la AFP con base en datos oficiales israelíes.
Los milicianos islamistas también secuestraron a 251 personas. El ejército israelí afirma que 111 siguen en Gaza, aunque 39 estarían muertos.
Israel prometió destruir a Hamás y lanzó una campaña militar en Gaza que ha dejado 39 mil 929 muertos, según el Ministerio de Salud de este territorio gobernado por Hamás.
Los cuadros del museo de Tel-Aviv se encuentran en la inmensa caja fuerte, "el mejor lugar para conservar obras de arte", según la conservadora adjunta del museo, Nathalie Andrijasevic.
El 7 de octubre, cuando los comandos de Hamás ingresaron a territorio israelí para realizar masacres cerca de la franja de Gaza, el movimiento armado lanzó una salva de cohetes y otros proyectiles que forzaron a los israelíes a refugiarse hasta en Tel-Aviv, a unos 70 km del pequeño territorio palestinos.
"Los cohetes no paraban de caer", dijo, y todos en el museo tuvimos "mucho miedo de que los cohetes cruzaran los techos y dañaran nuestras obras".
Desde hace una semana, la conservadora recomendó retirar con sus colegas más obras.
Pero ella tiene aún la esperanza de que el ataque de Irán "no ocurrirá".
hc