Alguna vez, Paquito D’Rivera afirmó que al exiliarse en Nueva York recuperó su cubanía, cualidad que persiste en su música. Telmary, cantante y compositora habanera que durante varios años vivió en Toronto, dice que no es su caso porque nunca la ha perdido.
Representante destacada del hip hop cubano, en su propuesta Telmary mantiene firmes sus raíces en la música de su país. En entrevista con MILENIO afirma que estar fuera de él le permitió reafirmar su identidad: “Me di cuenta de todo lo que extrañaba, aunque en el tiempo que viví en Toronto me sentí más cubana. Solo escuchaba música de mi país, mientras que cuando estaba en él escuchaba música de otros lados. Cuando estás fuera de tu tierra adquieres una conexión muy especial con tus raíces. Es inevitable”.
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Telmary se siente completamente influida por la música tradicional cubana por ser lo que escuchaba desde niña: “Me ha acompañado y está en mi casa todo el tiempo. En mi formación fue muy importante el repentismo y la rumba, aunque también escuchaba mucho a Lauryn Hill, Prince, Michael Jackson y otros. Y de las cantantes cubanas, tengo el influjo de Elena Burke, Omara Portuondo y La Lupe, que es lo que siempre se escuchaba en casa”.
La cantante y compositora, que se presentó en la Feria Internacional de la Música Profesional de Guadalajara y realizó una gira promocional por Ciudad de México, confiesa que utilizar el hip hop en su propuesta tiene que ver con que alguna vez aspiró a ser periodista.
“Yo hago periodismo con el hip hop”, asegura la artista, que debutó como solista con el disco A diario en 2007, que fue galardonado con el Premio Cubadisco. Refiere que antes formó parte de varios colectivos musicales, cuyos integrantes la impulsaron a desarrollar una carrera en el hip hop. Después de vivir siete años en Toronto regresó a la capital de Cuba, donde formó el grupo Habana Sana, con el que publicó en 2014 su segundo álbum, Libre, un homenaje a los orishas de la religión cubana.
Sus letras hablan de la problemática social, pero desde un punto de vista positivo y con una cuidadosa manufactura en sus letras: “Siempre tengo como propósito defender la poesía. Me siento una especie de jazz poet que la utiliza como un instrumento más”.
Su música, agrega, se mueve de un estilo a otro: “Mi meta es poder mezclarme con cualquier género; es decir, me gusta improvisar con un grupo de rumba, uno de hip hop y otro de rock, pero también disfruto hacerlo sobre la música tradicional cubana o sobre coplas llaneras colombianas”.