Este 2 de abril se conmemora el 108 aniversario de la toma de Torreón. Del hecho histórico muchos son los pasajes que se recuperan a través de programas culturales. Pero sin duda es el actor Salvador Montenegro Chibli quien más ha interpretado a Pancho Villa a través de presentaciones en la calle, en recintos culturales e incluso en convenciones empresariales.
“El tema de la Revolución me encanta y fue para un 29 de septiembre de 2005 que se me ocurrió empezar acercarme a La Loma; el señor encargado se llamaba don Beto Antúnez, que en paz descanse. De hecho MILENIO me sacó una nota de que iba a La Loma y hacíamos fotografías de época; nos llevábamos los vestuarios y a la gente que iba les ofrecíamos caracterizarse de revolucionarios. El servicio era baratísimo”.
Si bien los celulares ya existían, éstos no tenían las cámaras de hoy. Montenegro Chibli refirió que hacían fotografías digitales que luego se enviaban por correo electrónico. En el fondo lo que pretendía era incrementar el vestuario para hacer un mayor montaje.
“Un día se me ocurre hacer un pequeño cortometraje en La Loma y comienza lo de Pancho Villa. Mi hermano Jorge Montenegro hacía el personaje del general. Nosotros nos iniciamos como extras en 1999; Jorge es un actor natural, es muy expresivo y él comenzó a hacer el personaje de Pancho Villa. Después él no pudo pero me lo pedían, entonces fue cuando dije que sí Jorge no tenía tiempo pues tomaba el personaje, eso fue en el 2007”.
Montenegro Chibli recuerda que fueron Víctor Hugo Hernández y Liliana Figueroa los que le hicieron las primeras entrevistas por su personaje de Villa.
Con el apoyo de Marcela Moreno, entonces directora editorial de La Opinión Milenio, su ejercicio actoral cobró relevancia al aparecer en televisión. Las dramatizaciones del general se hacían en vivo en el estudio de Cambios y aún hoy en el Telediario con Ángel Carrillo.
“En nuestra actividad metimos masas, metates, caballos, comenzó a crecer mucho y eso fue en el 2005-2006. Eran los preludios del festejo al que le dieron mucha publicidad: ‘Bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana’ ( 2010). Entonces a mí me buscaron de la Promotora de Turismo, que es la OCV Laguna, que en aquel tiempo el director era Gabriel Cornú Máynez”.
Al actor le dijeron que su producto era uno de atracción para el turismo y fue entonces cuando lo contrataron para presentarse en Torreón, Parras de la Fuente y Cuatro Ciénegas. Allí no sólo importaba el vestuario, sino el monólogo para interpretar al general.
“Le doy las gracias a Multimedios, La Opinión Milenio y Gabriel Cornú que fueron los primeritos que me jalaron y me lanzaron fuerte, yo se lo digo a medio mundo. Luego se unieron todos los medios, todos los diarios me empezaron a buscar y me dijo Gabriel: ‘Estás creando un producto a nivel nacional que ni siquiera tú sabes lo que traes en manos porque viene el centenario de la Revolución y te vas a hacer famoso’. Gabriel Cornú tuvo voz de profeta junto con MILENIO”.
Salvador Montenegro amplió sus giras para presentarse en Durango, Zacatecas, Chihuahua y Guadalajara, hasta que por fin llegó como Pancho Villa a la Ciudad de México. De igual forma lo hizo en Estados Unidos acudiendo a Las Vegas y Los Ángeles, lo que implicó ampliar los monólogos para el general.
“Yo sabía del general pero tuve que estudiar. Recibía regalos de libros o compraba y comencé a leer. Ahora que, Pancho Villa para mucha gente, como lo digo en mi monólogo, es para muchos un maldito asesino pero para otros un héroe de la Revolución”.
Enfundado en el personaje explica los motivos por los cuales se armó la bola. El analfabetismo entre el grueso de la población permitía el abuso y la explotación laboral. La falta de alimentos y de esperanza de vida fueron el cimiento para que la Revolución avanzara hacia el norte tomando el sistema ferroviario para pelear desde el norte.
Montenegro recrea el pasaje histórico presentando sus protagonistas, al general Felipe Ángeles, quien convenció a Villa de que antes de tomar Torreón con toda la fuerza destructiva llamara a su similar, el general José Refugio Velasco y le pidiera su rendición como enemigo. Eran, de acuerdo al momento, las leyes internacionales las que imponían el protocolo.
“Cuento la historia y se me pone la piel chinita. Por eso entre los puentes, del lado de Gómez Palacio, colocaron la escultura de Felipe Ángeles, que no despegaba la vista de sus prismáticos mirando para Torreón y esperando la señal de Villa para atacar y tomar la plaza. Torreón fue tomado a las once de la noche… yo voy a seguir haciendo el papel mientras Dios quiera y tenga fuerza”.
CALE