Toni François (Ciudad de México, 1980) ubica muy bien la época en que comenzó su trayecto como fotógrafa: a finales de los 90, siendo apenas mayor de edad, iba con frecuencia al Multiforo Alicia – espacio cultural ubicado en el 91-A de avenida Cuauhtémoc, colonia Roma –, para sumarse al slam que provocaban bandas como Lost Acapulco, Hule Spuma y Gula.
En ese entonces, lo primordial para ella era disfrutar la energía punk de los eventos. Lo de tomar fotos “lo hacía como muy inconsciente, nada más llevaba una cámara que era súper chafa, porque ahorita cualquier celular es mejor, pero así fui aprendiendo”, recuerda en entrevista con MILENIO.
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Y aprendió rápido no solo a manejar la cámara, también a programar en internet con Flash, aspecto que le permitió conocer a proyectos musicales de gran impacto mediático y generar dinero para ampliar su equipo fotográfico. “A los 19 años entré a trabajar a Aol.com y estuvo súper bien porque aprendí muchísimas cosas, pero duró como un año y con lo que nos dieron del finiquito me compré una laptop. Dije: ‘Voy a trabajar por mi cuenta’ y me puse a hacer páginas de grupos”.
Su buena labor haciendo sitios web la llevó en 2003 a tener entre sus clientes a Aleks Syntek, Fobia y Moderatto. Y un año después, en 2004, sumó a Motel, Alejandra Guzmán y Zoe. Destaca que en esa etapa no dejó de tomas fotografías, sobre todo porque ella se encargaba de llenar las galerías de los sitios que hacía.
2006 significó un hito para su trabajo como fotógrafa: en ese año arrancó su propio sitio web, Tono. “Había un concurso de blogs, hice el proyecto y quedé en segundo lugar. Creo que me compré otra laptop con lo del premio y seguí haciendo páginas, empecé a ganar más dinero y pude ir mejorando mi cámara. Para 2012 ya vivía de mi página porque en esa época las marcas se anunciaban en los blogs y me iba bien. A partir de ahí, dije ‘Pura foto’”, rememora.
Ser una referente
En esos primeros años de su labor con la cámara, Toni recuerda que había “poquitos fotógrafos y la mayoría hombres”. Con los años más mujeres se sumaron a retratar espectáculos musicales.
“De repente hay conciertos donde hay más mujeres que hombres y a veces me dicen: ‘Empecé a tomar fotos porque veía las tuyas’. Recibo ese comentario frecuentemente y me da mucho gusto”, dice la hoy considerada referente de la fotografía de conciertos.
¿Y se considera a sí misma como una artista? “Soy una persona que le gusta observar cosas y tomar fotos, y no sé si sea tanto como arte. Luego me preguntan: ‘¿En qué te inspiras?’, y realmente en nada; me gusta estar viendo cosas, tomar fotos y enseñárselas a los demás. Eso es lo que me gusta hacer”, responde.
Su trabajo como fotógrafa no ha sido fácil. Primero, por esa eterna lucha de que sus imágenes siempre lleven su crédito.
Por ejemplo, tras retratar uno de los conciertos de Rosalía en el Auditorio Nacional “al día siguiente me escriben clubes de fans: ‘Las vamos a publicar en nuestro Instagram’, y yo de: ‘No, manden a la gente a mi página’. Esa parte está chafa, que la gente cree que si subes algo a internet ya es de dominio público. Empeora todo porque luego los mismos artistas usan las fotos y no te dan crédito; yo no tengo problema que las usen porque salen ellos, pero que pongan quién la tomó. Falta mucha dedicación al respecto”.
También la falta de profesionalización de algunas personas ha mermado la imagen que se tiene del fotógrafo de conciertos: “Hay gente que siento que no se lo toma muy en serio. No me gusta que de repente ves en un concierto a una persona que solo va porque le gusta ese artista y luego nunca lo vuelves a ver, como que arruina todo para los demás. Me gustaría que, si quieren tomar fotos, sea porque en serio lo quieren hacer”.
Pero ante estas dificultades, Toni ve un futuro positivo, siempre y cuando las nuevas generaciones tras el lente entiendan que “para que algo te salga bien en la vida te tienes que enfocar y especializar. Tienes que saber administrar tu dinero, ahorrar, porque las cámaras están carísimas; a la hora de empezar a trabajar debes pensar en un fondo por si algún día se te descompone la cámara. Y eso lleva a que sepas cobrar por tu trabajo, que no regales tu trabajo; siempre cobrar o que te den algo simbólico, pero no regalar las fotos. También ser constante, no de ir a un concierto y en 8 meses ir a otro”.
La cámara, una extensión de su cuerpo
Al definir su trabajo, la fanática de The Hives – la última banda que fue a ver sin cámara en mano – dice que “mi foto es más documental. Hay otros fotógrafos que usan filtros, pero a mí me gusta que las fotos estén muy limpias”.
Luego cuenta que, por tantos años de tener una cámara – preferentemente Nikon – en la mano, ya ve a este dispositivo “como una extensión de mi cuerpo, ya la sé usar con los ojos cerrados, ya me sale automático”.
Banda Bostik en Pantitlán | Foto: Toni François - galería completa, haz click aquí
Sobre sus foros favoritos para enfocar músicos y públicos, menciona con nostalgia al desaparecido Plaza Condesa, al Palacio de los Deportes y al Auditorio Nacional. En contraparte, a veces siente que odia el Foro Sol “porque es un escenario demasiado alto y luego pegan mucho la barricada”.
Aunque lo que más disfruta es estar con su cámara en esos foros de bajo perfil, a veces improvisados en casas y que “están iluminados con un solo foco”, donde suenan bandas de punk o de cualquier otra vertiente alternativa. Disfruta la cercanía, “ver cómo se mueve el cantante y la reacción del público con el grupo”.
Del punk, Toni primero externa que “siento que perdió todo significado esa palabra, puede ser cualquier cosa porque todo mundo dice ‘Soy bien punk’ y no”. Y luego explica que para ella siempre ha significado “hacer las cosas que quieres como tú quieres; me gusta el sentido original de Hazlo tú mismo, que es como he vivido la mayor parte de mi vida: empecé a hacer mis páginas justo porque decía ‘No quiero trabajar en una revista y que un editor me diga qué hacer, esperar meses para que salgan las fotos’. Ese forma de ver las cosas para mí es el punk”.
François atesora momentos peculiares de su labor, por ejemplo: su primer contacto con el reguetón. “En 2009, cuando empezó a hacerse grande lo del reguetón, por azares del destino vinieron Wisin & Yandel e hicieron dos Palacios de los Deportes. Yo no sabía nada de reguetón, pero fui y me sorprendió mucho la reacción de la gente. Estaban adelantados”.
Sus andanzas fuera de los conciertos, en celebraciones religiosas que tienen lugar en la Ciudad de México, son otros momentos que no olvida: “He ido varias veces a Tepito y a San Hipólito en los últimos 12 años. A veces ves cosas raras o chistosas. Fui a la Quema de Judas que hacen atrás de la Merced y ves cosas interesantes, como la familia que lleva ahí 100 años haciendo los Judas. Toda esta parte de las tradiciones en la ciudad me gusta”.
También le gusta correr, y curiosamente cuando hace esta actividad es cuando más le toca ser el objetivo de las cámaras: “Los que corren conmigo me toman fotos y sí me gusta”. Tras esto, confiesa que equilibrar su trabajo con un estilo de vida saludable es su mayor reto en la actualidad, porque “luego tengo que dormirme tardísimo y me levanto a hacer ejercicio, porque tampoco quiero dejar esa parte de mi vida. Cuando me voy de gira con Zoe o lo que sea, termino cansadísima porque quiero hacer las dos cosas. Mucha gente me dice ‘No se puede’, pero yo quiero tener mi vida sana”.
Por último, Toni François, que considera a Nick Cave como el artista más fotogénico, revela qué bandas o artistas de épocas pasadas le hubiera gustado plasmar con su cámara: "Led Zeppelin. Me hubiera gustado haber nacido en los 70 y ver a Bowie, a los Rolling, a algunos grupos de punk como Sex Pistols, a los Misfits de jóvenes. A Blondie me hubiera gustado verla en el 78”.
hc