Si se fija la mirada a la imagen de un Torreón como símbolo de identidad, los cronistas e historiadores interpretan que los habitantes de la región deben ser vigilantes del patrimonio histórico de sus ciudades. Más aún, apuntan, se debe mantener la unidad para el beneficio de la comunidad en general.
La ciudad de Torreón, fundada en 1907, cumplirá pronto 114 años en los cuales se observó en origen un desarrollo industrial sorprendente tras la llegada del sistema ferroviario y la inversión de gran capital, nacional y extranjero.
Y un icono que ha persistido y se ha diversificado es justamente el Torreón, el primero de ellos construido por Pedro Santacruz bajo el encargo de Leonardo Zuloaga en el año 1850, precisa el cronista de la ciudad, Jesús Sotomayor Garza.
“La finalidad del Torreón, dicha por el propio señor Zuloaga, era para vigilar las avenidas del río Nazas, vigilar desde luego la herramienta que tenían y todos los implementos, y sobre todo vigilar los ataques que los apaches todavía para esa fecha porque no hacía mucho que habían arrasado con Matamoros, Coahuila. Pero ese Torreón en 1868 se destruyó con la llegada del río Nazas”.
Jesús Sotomayor recupera la memoria histórica y advirtió que Pedro Santacruz estableció que a él de igual forma le tocó construir el segundo Torreón que es el que se ubica en el Museo del Algodón.
“Hay un acta que se levantó en 1870 por la inauguración de la Hacienda del Torreón. Como parte del inmueble estaba precisamente la construcción de un Torreón que afortunadamente se encuentra aún en pie y tengo entendido que sí se le da un buen mantenimiento”.
Por lo que se refiere a la Torre Dodson, el cronista hizo una acotación. Ubicado en Leona Vicario y Presidente Carranza, en su opinión, este Torreón se encuentra actualmente en malas condiciones y las autoridades que lo custodian, deben darle atención porque dijo, si bien es de principios del siglo XX,, es un icono de la ciudad y de los pocos que quedan.
Asimismo sobre esta torre o Torreón, el historiador, Carlos Castañón Cuadros, reseñó en el libro ‘La Casa Mudéjar y otros orientalismos laguneros’ que en la década de los años veinte el furor constructivo en la ciudad continuó con una mezcla de estilos materiales y diseños.
Y en la esquina de la avenida Iturbide, hoy Presidente Carranza y la calle Leona Vicario, sobrevive un solitario Torreón de ladrillo amarillo.
“En el número 499 quedó aquella torre de la Fundidora No. 3, que hacia 1924 el norteamericano William Dodson Davis estableció en la ciudad… Dodson Davis fue atraído por la riqueza de la región y llegó a Torreón en 1903. La construcción de la empresa resaltó arquitectónicamente por el Torreón, alegoría de las viejas torres y torreones con influencia Mudéjar que se encuentran en España. Sus cuatro niveles están notablemente adornados por el aparejo de ladrillos”.
La fundidora en 1939 fue adquirida por los hermanos Joaquín y Edmundo Aguirre quienes continuaron con el negocio.
Castañón Cuadros apuntó que para 1986 la empresa ya no funcionaba y la compró José Villarreal Chapa quien le dio otro giro al negocio pero consideró este Torreón como un emblema de la ciudad y lo mantuvo. En 1991 donó el inmueble al Ayuntamiento de Torreón.
“El punto es relevante porque un monumento, una pieza histórica o un patrimonio tienen valor o son conservados debido al reconocimiento de la gente. La identificación de una comunidad hacia sus lugares y espacios es lo que logra conformar una identidad”, refiere en el libro Castañón quien precisa, fue Carlos Román Cepeda como alcalde quien reconoció la torre de ladrillo como patrimonio cultural y realizó trabajos de conservación.
Por su parte, Sotomayor Garza refiere que en la ciudad había varias residencias que integraban la imagen del Torreón en sus construcciones. E incluso la última de ellas fue la del abogado Jorge Andrés Zarzoza Garza, ya fallecido, quien no sólo construyó un Torreón sino que creó una finca con elementos de castillo.
“El del licenciado Jorge Zarzosa está en Donato Guerra y Bravo. Son situaciones muy complejas que yo pienso que el ayuntamiento debe de instruir a sus asesores jurídicos para que vean esas situaciones para conservarlo porque realmente son símbolos representativos de Torreón”.
El entrevistado dijo que en la calle Sarabia de la colonia San Joaquín, hay una construcción centenaria que cuenta con elementos del Torreón. Asimismo la administración de Jorge Zermeño colocó un nuevo Torreón, para resarcir la ausencia que dejó el retiró de un monumento en la Plaza Cívica, también desaparecida, que se instaló a un costado del puente plateado.
“La situación fue el famoso Metrobús, que por ahí iba a estar la Estación Nazas. Debemos de pugnar porque el símbolo del Torreón se vea como el original porque se ha estilizado mucho”, dijo Sotomayor quien acotó que la estructura retirada fue depositada en las instalaciones de la Unidad Deportiva.
Medioevo y milicia
Para el historiador Carlos Castañón Cuadros, torreón es una palabra de origen medieval y militar y se representa con una torre o atalaya que se utiliza para la defensa, por lo general común en edificaciones de castillos en Europa.
“En el norte de lo que hoy es México se construyeron torreones para defensa de haciendas, ranchos y poblaciones, sobre todo, por la amenaza de los “indios bárbaros”... de esa manera nació hacía 1850 el rancho del matrimonio Zuloaga-Ibarra, donde se construyó un Torreón de adobe, pero lo hicieron muy cercano al río Nazas, de tal manera que en 1868 una avenida fuerte del río se lo llevó. Lo reconstruyeron hacia finales de 1870, lo que actualmente es el Museo del Algodón”.
Por lo que respecta al monumento del Torreón que fue eliminado bajo la administración de Jorge Luis Morán como alcalde al sustituir a Miguel Ángel Riquelme, el historiador recordó que en el año de 1974 el ayuntamiento de Torreón urbanizó el antiguo Canal del Coyote e hizo en un costado del puente plateado un ‘Torreón moderno’ en homenaje simbólico al viejo Torreón, en la llamada Plaza Cívica.
aarp