El encuentro de la fe católica y la identidad arquitectónica de una ciudad que nació a principios del siglo XX está reflejado en la Iglesia del Perpetuo Socorro, que está ubicada en la calle Falcón, esquina con avenida Juárez, en el centro de Torreón.
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Los catálogos tanto del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), como del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dan cuenta de su significado para el patrimonio no nada más de esta región, sino del estado.
Sin embargo, el edificio también representa una espacio donde los creyentes católicos pueden entrar en contacto con su fe.
La historia del inmueble data de 1923 cuando la Congregación del Santísimo Redentor estaba en vías de retirarse de Torreón por el rango de parroquia adquirido por la Iglesia de Guadalupe, donde eran hospedados.
Los religiosos conocidos por su labor misionera consideraban dejar la ciudad porque estar en una parroquia los limitaría para sus labores, pero la comunidad torreonense les otorgó un terreno para que construyeran su espacio que comenzó como un capilla.
Fue casi una década después cuando se convirtió en el inmueble que es una vista obligada para el que visita el Centro Histórico.
Es parte de la historia que cuenta el padre José Antonio Estrella, superior de la comunidad redentorista, quien detalla que es el segundo templo más antiguo de su tipo en el país.
“Es de los más antiguos en nuestra orden, solamente después del templo de Monterrey que está dedicado al Perpetuo Socorro. Son pocos los que tenemos en el país, uno en Ciudad Obregón, uno en Monterrey, uno en Guadalajara, uno en San Luis Potosí, uno en Irapuato, dos en la Ciudad de México, uno en Puebla y otro en Veracruz”, explicó.
Comentó que el icono de la Virgen del Perpetuo Socorro, replicado en templos como Torreón, data del siglo XIV y transmite un mensaje teológico, espiritual y religioso.
“Ningún elemento sale sobrando y todo tiene un significado. Fue pintado en la isla de Creta en Grecia y luego llevado a Roma a la iglesia de San Mateo en 1499, donde duró tres siglos hasta que en 1755 el templo fue destruido por las tropas de Napoleón”, agregó.
La imagen fue rescatada por los frailes agustinos y quedó bajo su resguardo hasta 1856. En ese entonces los padres redentoristas obtuvieron los terrenos del antiguo templo y construyeron la Iglesia de San Alfonso, de igual manera que recuperaron la imagen religiosa tras solicitarlo al Papa Pío IX.
Sobre el significado de cada uno de los elementos que componen el icono, Antonio Estrella expone que refleja el refugio, socorro y seguridad que busca el Niño Jesús con su madre, tras ver lo que le depara en su crucifixión.
Indicó que representa un espacio en donde los creyentes se reconcilien con Dios.
“Algo muy característico de este templo es la afluencia de muchos feligreses que vienen a confesarse aquí y buscan reconciliarse con Dios porque siempre hay un sacerdote confesando en cada misa. Es un servicio que nos distingue porque nuestro fundador, San Alfonso María, es patrono de confesores y moralistas, un ministerio particular es el ejercicio de reconciliación”, dijo.
UNA MEZCLA DE ESTILOS ARQUITECTÓNICOS
Según el libro "Arquitectura y Patrimonio Religioso de Coahuila: Ámbitos, ornamentos y festividades", el edificio representa el culmen de la arquitectura regional coahuilense.
“No es gratuito afirmar que la Iglesia del Perpetuo Socorro marca la pauta de la identidad coahuilense trabajada en su diseño, construcción e iconología desde hace más de 200 años de desarrollo arquitectónico”, cita la publicación.
Establece también que la fachada principal mantiene una tradición en la construcción de otros templos religiosos de la entidad: dos cuerpos y tres entrecalles, donde resalta heráldica que contiene los escudos del Sagrado Corazón de Jesús en su parte baja, mientras que en el segundo cuerpo está complementada con el blasón de la ciudad de Torreón y del estado de Coahuila.
Al respecto, el arquitecto estudioso de centros históricos, Hugo Estrada Reyes, destaca que el edificio es de los más importantes en su tipo, no nada más por su diseño, sino también por su posición estratégica.
“La iglesia está en el mejor punto geográfico del centro, pues está a una cuadra del Mercado Juárez y la avenida Morelos, vialidad que forma parte del trazo original de la ciudad y que era la división entre el norte y el sur”, argumentó.
Sobre su arquitectura, la resalta como una de las iglesias que marcaron el estilo de principios del siglo XX y es de las pocas en esta región que cuentan con un retablo, pues regularmente era un diseño colocado más en el centro y el sur de México.
“Otro de los rasgos que la pueden distinguir es que en la fachada encontramos los escudos del estado de Coahuila y es muy raro que una construcción de carácter religioso tenga esta parte oficial”, expresó.
Por otro lado, el libro "Torreón: Rescate del patrimonio arquitectónico del siglo XX", específica que el diseño abarca estilos neoclásicos y neogótico.
“Su fachada está dividida en siete tramos por columnas adosadas de inspiración corintia. En el primer cuerpo destacan las tres puertas y nichos con arcos apuntados que ostentan imágenes de santos”, describe.
Además de eso, la publicación profundiza en que la fachada está rematada por una serie de pináculos góticos y un hastial que contiene el escudo de los redentoristas.
“Las torres tienen una serie de ventanas con arcos apuntados y están coronadas con pináculos de estilo gótico y cruces en su chapitel”.
A pesar de eso, Estrada Reyes, señala que los colores originales del frente eran neutros e identitarios de la arquitectura del siglo pasado, sin embargo con el paso de los años fueron cambiados por tonos más llamativos que le restan valor visual.
“Cuando se construyó el material en boga era la cantera, el ladrillo y el adobe. No me puedo imaginar en ese entonces al templo con colores estridentes porque no fue construida en el sur o centro del país”.
DEVOLVERLE SU BRILLO ORIGINAL
Pese a los daños que presentan algunas esculturas y el recubrimiento de pintura que no corresponde a su esencia original en la fachada, Hugo Estrada, considera que el edificio está en buen estado y una intervención adecuada podría devolverle su brillo.
“Es un edificio funcional y la estructura habría que revisarla para tener un peritaje más certero, pero creo que el estado en general está bien. Puede existir buena voluntad, pero si desconocen los valores históricos y culturales puede que no haya los cuidados necesarios”, advierte.
Cabe recordar que entre los elementos que con el tiempo perdió parcialmente el templo está un reloj en una de sus torres, cuyo mecanismo sigue ahí y que los religiosos buscan la manera de reparar.
En ese sentido, recientemente la Dirección de Obras Públicas de Torreón, a través de su área de Centro Histórico, ingresó al Fondo de Apoyo a Comunidades para Restauración de Bienes Artísticos de la Federación (Foremoba), un proyecto de restauración.
El objetivo de la solicitud, a decir del titular de la dependencia, Tomás Galván Camacho, tiene que ver con devolverle su sentido original a la fachada y los elementos arquitectónicos representativos del inmueble.
“Estamos pendientes del proyecto integral en su momento y para agosto sabemos si se da o no. Estamos considerando la rehabilitación total desde los techos e inhibir las humedades, mantenimiento a los muros y todos los aditamentos de cancelería y herrería”, precisó.
Mientras tanto y a la espera de una respuesta oficial de la federación, la Iglesia sigue con su misión espiritual y ofrece cinco celebraciones religiosas al día.
Desde febrero pasado abrió una al mediodía, cuando según los padres de la congregación, hay más visitantes en el sector y al escuchar las campanadas deciden llegar.
EL DATOEl Fondo de Apoyo a Comunidades para Restauración de Bienes Artísticos asciende a los 15 millones de pesos.