La cita es en la Galería del CAN en Casa La Morelos, en la zona centro de Torreón y la obra, disponible a la venta, consta de 14 piezas de las cuales 11 pinturas fueron realizadas con óleo y acrílico en soporte de tela, y tres más son dibujos.
De acuerdo a la artista, la serie 'Caldos orgánicos' nació en 2014 como un ejercicio para detonar un cuestionamiento formal y conceptual en pintura. A partir de la idea de Beatriz Zamora, quien habla del negro en su obra, como 'el caldo orgánico generador de vida', en el caso de su propuesta, plantea la analogía de dichos caldos orgánicos con las orgías, en una representación cruda y directa de lo sexual.
“Así también, hago la analogía dentro de mi propia práctica diaria donde la pintura es el ambiente donde se genera dicho caldo, alquimia pura de taller que intenta generar algo vital”.
Patricia G. Santiago explicó que los 'Caldos orgánicos' tienen una segunda etapa con los 'Chubby porn', donde las imágenes de referencia o hipo imágenes, son de cuerpos gordos, esto como un reconocimiento, aceptación y amor a su propio cuerpo y al derecho al disfrute. En términos políticos, de claro activismo feminista, los 'Caldos', provocan un cuestionamiento de los establecido desde el cuerpo, lo moral, lo político, lo mercantil y lo mediático.
“Un tercero y actual momento es el de la sub serie “Pieles perpetuas”, en ella continúo con el concepto de las orgías como referencia a los “Caldos”, enfatizo la repetición y, desde mi intención, las imágenes de origen enfatizan cierta mecanización y artificialidad del acto sexual".
La pornografía
"La pornografía es un fenómeno cultural que fomenta el mandato de género a través de la objetualización de las mujeres y lo femenino; otorga el dominio a los hombres cuando las fantasías masculinas son extralimitadas y ante ellas las mujeres siempre ceden”.
Para la autora las imágenes pornográficas abstraen lo sexual de las complejidades de la vida cotidiana; las causas y consecuencias del acto sexual son cortadas y se recurre, entre otras estrategias, a la repetición, el aumento, la exacerbación de lo visual y auditivo, todo ello con el fin de enfatizar el acto sexual.
“Las hipo imágenes que seleccioné para la serie son de orgías en donde el género se disuelve a través de posturas, poses, gestos, entrelazamiento de las miradas y los cuerpos. El acto sexual permanece implícito, en un principio por ser un fotograma, un corte de una secuencia de un video de distribución gratuita en distintos sitios de internet. Posteriormente utilizo los recursos de la edición: baja calidad del formato de video; recorte y ajuste a la proporción del lienzo; giro de la imagen. Mi penúltimo movimiento ha sido el pictórico, donde por medio del color, la sustancia y el trazo, hay una recreación de atmósferas, contornos, formas, propio del trabajo de taller. Hay cosas que, aunque tienen su referencia en la realidad física, sólo existen en pintura: más allá del still, por sobre una imagen congelada, la pintura genera coordenadas de las energías primigenias, de vitalidad ansiosa y desesperada que intenta engullir, sobrevivir, trascender".
“Aún me pregunto si intento ser moral al pintar. Tal vez sí en el sentido de que ya sea con intención o no, regreso al pudor y a la ternura; veo a cada participante de las escenas como personas, me pregunto quiénes son y cuáles son sus vidas. Asimismo, selecciono y edito a partir del feminismo, de una búsqueda por la integración, la horizontalidad, el equilibrio; por cuestionar las jerarquías, la dominación y el poder. Confío en que más allá de lo moral, los recursos artísticos me permitan dejar este compendio como pregunta abierta; que los cuerpos hablen, que lo sensual y sexual abran los límites, como siempre lo han hecho. Será el espectador quien cierre el acto”.
arg