Revistas Arturo con la mirada puesta en el pasado de Torreón

Con una tradición de 60 años y una rola de Chicos de Barrio como música de fondo, Juan Arturo se mantiene detrás del mostrador siempre ofreciendo un trato amable.

Su padre inició el negocio hace sesenta años en Ramos Arizpe. (Manuel Guadarrama)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila. /

Con la pandemia por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad covid-19 fue cerrada la parroquia de Guadalupe a los fieles. Los chicos dejaron de acudir a la escuelas y las familias se ausentaron o espaciaron las visitas al Mercado Alianza, donde el fin de semana acostumbran comer un menudo y surtir la despensa.

En ese sentido las ventas de Revistas Arturo se mantienen a la baja y solo los números de Muy Interesante de años pasados se exhiben en la vitrina, en la espera de que los ojos de un muchacho alcancen a verlas y pueda pagar los quince pesos que cuesta un ejemplar usado.

Juan Arturo Frayre Murguia refiere que su padre inició el negocio hace sesenta años en Ramos Arizpe, a un costado de la parroquia de Guadalupe, por lo cual desde los dos años de edad él ya andaba por el negocio.

De oficio cobrador, el patriarca siendo un joven fue despedido al quebrar la empresa en la que laboraba, y al liquidarlo le dieron los papeles de cobranza, lo que le permitió juntar un capital que invirtió en la compra de revistas.

Con una rola de Chicos de Barrio como música de fondo, ahora Juan Arturo se mantiene detrás del mostrador siempre ofreciendo un trato amable a sus clientes, a los cuales dice extrañar pues las medidas sanitarias dejaron la zona centro de Torreón desierta y sin circulante de efectivo en los negocios.

Con títulos vaqueros, policíacos y ediciones semanales, antes las revistas se llevaban al negocio por paquetes, mismos que eran comprados por los dueños de otros estanquillos o por una cincuentena de niños que hacían la venta directa en la antigua estación de autobuses foráneos, ubicada en la Presidente Carranza.

“Venían, daban una vuelta y volvían a vender, se regresaban y vendían más y así andaban todos los chavalitos. Ellos decían que todos los días le daban el dinero a su mamá pero los sábados tomaban el dinero para comprarse un pantalón o unos zapatos o se iban al cine, todos iban a la escuela en la mañana pero en la tarde andaban vendiendo tres revistas por diez pesos”.

Juan Arturo se casó joven y se quedó en el negocio a la fecha. Con nueve hermanos, colocaron otros puntos de venta, uno a un costado del Teatro Isauro Martínez, luego se cambió a la Galeana e Hidalgo. Uno más se instaló cerca de una clínica del IMSS.

Ahora con el coronavirus elevando la estadística de contagios en Torreón, Juan Arturo insiste en el buen trato. Y ahora sin escuela y en la compra y venta de revistas usadas le llegó una señora con 500 revistas de las cuales ya lleva vendidas la mitad.

“Éstas de Muy Interesante las vendo a 15 pesos, que ahorita por los estudiantes confinados, se sigue vendiendo mucho porque vale casi el triple un ejemplar nuevo. Ahorita por la escuela ha bajado la venta de eso… Con la pandemia ha bajado bastante la venta porque aquí también viene mucha gente mayor, y ahora no los dejan salir, pero llegan y me dicen ‘Me le escapé a mis hijos porque me tienen encerrada, no me dejan salir’. Salen a hacer un pago y se vienen por las revistas.

“Los domingos son cuando viene más esa gente porque vienen a misa, y ahora sin misa ni nada pues está difícil, ojalá la abran pronto, ojalá, por mire, sin las cantinas también afecta, no nomás a mí sino a los boleros, chicleros, los que venden semillas y hasta a los de los cachitos de lotería, a todos nos afecta mucho”.

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