Teatro Isauro Martínez presentará "Wozzeck" desde el Met de Nueva York

La obra en tres actos y quince escenas está situada en un contexto apocalíptico, en la víspera de la Primera Guerra Mundial.

Original de Alban Berg, la obra en tres actos y quince escenas. (Especial)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila. /

Bajo la dirección de Yannick Nézet-Séguin y la producción de William Kentridge, el Teatro Isauro Martínez presentará en el formato en vivo desde el Met de Nueva York la ópera Wozzeck

La cita es el próximo sábado a las 11:55 horas en la Galería de Arte Contemporáneo y los boletos se encuentran disponibles en la taquilla con un costo general de 150 pesos.

Original de Alban Berg, la obra en tres actos y quince escenas con libreto en alemán, está basado en el drama de Georg Büchner. Su estreno mundial fue en la Staatsoper, de Berlín, el 14 de diciembre de 1925, presentándose en el Metropolitan de Nueva York el 5 de marzo de 1959. A México llegó el 30 de agosto de 1966 teniendo como foro el Palacio de Bellas Artes.

Desde el Met ,Tras deslumbrar al público con una asombrosa producción de Lulú en 2015, el artista sudafricano William Kentridge ahora pone a trabajar su extraordinaria imaginación visual a favor de la otra obra maestra operística de Berg, situada en un contexto apocalíptico, en la víspera de la Primera Guerra Mundial.

Yannick Nézet Séguin, el director musical del Met, toma la batuta en este importante montaje y el barítono Peter Mattei hace su muy anticipado debut en el papel protagónico. La soprano Elza van den Heever es la pareja infiel de Wozzeck y el elenco principal también incluye al tenor Christopher Ventris como el jefe de la banda de tambores, el bajo-barítono Christian van Horn como el doctor, y el tenor Gerhard Siegel como el capitán.

Wozzeck fue uno de los logros emblemáticos de las fuerzas artísticas florecientes en Alemania y Austria en el periodo de entreguerras. Su estreno fue un éxito y un escándalo. No ha perdido su capacidad de fascinar, conmocionar y envolver al público, y su reputación por ser una de las obras musicales decisivas del siglo XX no ha opacado su vitalidad.

Alban Berg (1885–1935) es uno de los compositores más visionarios e influyentes del siglo XX y se desarrolló en un contexto de explosión de creatividad artística e intelectual en Viena. Al componer la parte instrumental y vocal, fusionó las técnicas revolucionarias de Arnold Schönberg y la grandeza de compositores románticos tardíos como Gustav Mahler.

El libreto fue escrito por Berg mismo, quien adaptó con fidelidad la obra Woyzeck de Georg Büchner (1813–1837). Berg no especificó la época o el lugar de la ópera. El contexto de la obra de Büchner ha dado indicios de que una escenografía posible sería Leipzig en Alemania, alrededor de 1821.

Pero las ideas universales de la obra superan cualquier intento forzado de hallar alguna precisión histórica. La nueva producción de William Kentridge actualiza la historia, situándose en la víspera de la Primera Guerra Mundial.

La partitura de Berg condensa los ideales artísticos del expresionismo en la música, el cual enfatiza lo que no se ve y el subconsciente, al enfocarse en lo simbólico más que en lo concreto. La atonalidad y la composición de tonos enteros coexisten en la partitura de Berg, con momentos románticos y melodiosos. La escritura del canto va desde el discurso puro al discurso declamado con inflexiones musicales, hasta el canto melódico.

La atonalidad llega a la ópera

Al escuchar las obras maestras de Alban Berg —la ópera Wozzeck, la Suite lírica— se comprende por qué el compositor austriaco es considerado hoy el mesías de la música moderna. Berg tendió el puente entre el romanticismo de Richard Wagner y la vanguardia de Pierre Boulez.

A los 15 años y de manera casi autodidacta, Berg compuso sus primeros lieder. La infancia de este notable músico, nacido en la capital vienesa el 9 de febrero de 1885, estuvo rodeada de facilidades económicas y culturales. Su hermano mayor, Charley, que tenía una buena amistad con Arnold Schönberg, le mostró algunos trabajos musicales de su hermano Alban, consiguiendo que el fundador de la Escuela de Viena se encargara de su formación musical.

En sí, algunos de sus primeros trabajos bajo la guía de Schönberg continuaron siendo vocales. Berg pensó en la composición de su primera ópera tras asistir en 1905 al estreno teatral de Die Büchse der Pandora (La caja de Pandora), de Frank Wedekind, cuyo texto formaría parte, años más tarde, de su segunda y última gran ópera, Lulú, que dejaría inconclusa.

Sin alejarse del todo de Schönberg, Berg entró en contacto con Gustav Mahler y su esposa Alma Mahler, con quienes mantendrá una gran amistad. Por una casualidad, asistió al estreno de la obra de Georg Büchner, Woyzeck, con la que quedó cautivado por lo que solicitó los derechos para musicalizarla. Sin embargo, no trabajaría en su ópera de inmediato, pues fue requerido por el Ministerio de Guerra para combatir en la Primera Guerra Mundial.

Concluidos los asuntos bélicos, comenzó a trabajar en Wozzeck que para 1921 estaba terminada en borrador, realizando el propio Berg el libreto basado en el drama de Büchner. En abril de 1922 concluyó la orquestación y un año después logró que se imprimiera la reducción de canto y piano, con el patrocinio de Alma Mahler.

En 1924, en Frankfurt, estrenó tres fragmentos de la ópera que causaron gran sensación, pero será hasta la noche del 14 de diciembre de 1925, en la Staatsoper de Berlín cuando se lleva a cabo el estreno de la ópera completa teniendo como principales intérpretes a Leo Schnitzendorf (Wozzeck), Sigrid Johannson (Marie), Fritz Soot (tambor mayor), Marni Abendor (doctor) y Gerhor Witting (Andres), alcanzando la ópera vivas reacciones en favor de Alban Berg.

Esta ópera de extrema complejidad para quien la interpreta como para quien la escucha por primera vez, requirió alrededor de 125 ensayos para su estreno en Berlín que dirigió Erich Kleiber. Con una precaria salud desde su infancia, Berg se vio afectado en 1935 por una inflamación producto de un piquete de insecto. Fue operado el 17 de diciembre de ese año y tres días después murió a causa de un paro cardíaco, a los 50 años, en su natal Viena.

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